Bicicleteros y ecologistas 'plantan' a Urtaran por el tranvía y el bús exprés

El descontento de algunos de los grupos respecto a las políticas locales de movilidad se venía fraguando desde hace tiempo, pero el reciente pacto PNV-PSE-PP para 'blindar' con 23 millones en los próximos cuatro años el tranvía a Salburua y Zabalgana ha sido el detonante. Una maniobra política de la que, según denunció el PP, que se sumó al pacto tras debatirlo con ellos, los integrantes del foro de movilidad se enteraron por la prensa. Tanto bicicleteros como ecologistas defendían la necesidad de aprobar primero el plan de movilidad sostenible -cuyo avance se conoció hace unas semanas de la mano de su autor, Salvado Rueda- antes de dar pasos decisivos como los que finalmente se han llevado a cabo: la reserva de fondos para el tranvía y la licitación del bús eléctrico inteligente -BEI-, dos medios de transporte recogidos en el plan. «No entramos a valorar la conveniencia o no de estas infraestructuras, porque no se nos ha dado opción», denuncian los colectivos. «En todo momento hemos solicitado esperar a tener finalizada la actualización del Plan antes de la toma de decisiones, ya que para eso se realiza dicha revisión. Una vez tomadas, poco margen de maniobra le queda a la participación», argumentan en un escrito al que tuvo acceso este diario. El Gabinete Urtaran lamentó ayer el plante de los colectivos, sugirió que puede deberse a «una estrategia política» dado el «periodo preelectoral» y aseguró que los procesos de participación ciudadana están «garantizados» en todos los proyectos de movilidad.

El 'plante' de los colectivos es el fruto de no uno, sino de varios desencuentros sucesivos. El primero se refiere a las propias fechas manejadas por el Gobierno para revisar el plan de movilidad local. En 2015, recuerdan los colectivos en su escrito, se prometió que estaría finalizado para el año siguiente; pero no se contrató hasta 2018. Entre tanto, denunciaron, se impulsaron las obras para llevar el tranvía al Campus y al barrio de San Cristóbal, con las que ambas asociaciones fueron críticas. «Urtaran ignoró la decisión del Elkargune de paralizar de forma cautelar los trabajos», recordó ayer Gasteizko Bizikleteroak; «y también se rechazó la celebración de una consulta popular que había sido aprobada por el pleno municipal», agregaron.

Con esta decisión de seguir adelante con el metro ligero al Campus, el alcalde «rompió el consenso político e hizo saltar por los aires el pacto ciudadano por la movilidad sostenible firmado en 2007».

Luego, al sumarse el Bus Eléctrico Inteligente (BEI) a los planes de transporte, el enfado de los colectivos fue a más. «En 2017 nos presentaron el proyecto sin posibilidad de contraste ni alegaciones». Finalmente, «el pasado diciembre nos presentaron la revisión del Plan de Movilidad con la conclusión preocupante de que el autobús eléctrico empeorará las condiciones de tráfico en un 12,7% en Esmaltaciones y un 8,9% en Iturritxu». Pidieron entonces que se paralizaran los proyectos hasta que estuviera terminada la revisión del plan. También sin éxito.

La gota que ha colmado el vaso ha sido el acuerdo entre el equipo de gobierno y el PP para «blindar» con 23 millones de euros el tranvía a Salburua y Zabalgana. «Si solo se nos informa y no se tienen en cuenta nuestras aportaciones, ¿qué sentido tiene nuestra participación?», cuestionan. En respuesta, el gobierno municipal manifestó que les ha sorprendido «mucho» la salida, pero defienden que los proyectos de participación «están garantizados». Además, «está prevista la organización de una muestra itinerante sobre el Plan de Movilidad». Y anuncian la puesta en marcha este jueves de una mesa de trabajo con empresas sobre el avance del Plan, para analizar el «futuro esquema de movilidad», y en la que participará el alcalde.