Bea, la vitoriana que triunfa con croquetas y paella en un catering de lujo en Texas

Con su catering (Chef in Texas) ha dado de comer en bodas, cumpleaños y otras celebraciones que organizan quienes la contratan para que trabaje en sus casas. «Desde 'influencers' top en Estados Unidos a jefes de empresas internacionales. Son personas que quieren salirse de la comida tejana y te contratan para que les ofrezcas algo nuevo, recetas internacionales», explica esta chef privada. En su amplia oferta hay dos recetas españolas que son sinónimo de éxito: las croquetas de trufa y la paella. «Gustan muchísimo», resume Bea.

Pero también cocina platos como steak tartar, tratar de atún, tartaletas de setas, mini quiches, milanesa o pollo tikka masala. Las bandejas de sushi es otra de las opciones de su carta que más triunfa. De hecho, esta vitoriana regentó en la plaza de Abastos el restaurante japonés Izakaya cuando se inauguró la zona de Gastrobares. Ahora, en Texas, se ha creado un equipo que oscila entre 4 y 10 personas mientras que para los eventos contrata camareros de forma puntual. «Todas las personas de mi equipo son españolas, me fio más», explica la joven, que antes de mudarse a Estados Unidos trabajó en negocios relacionados con la hostelería en México y Omán.

Entre quienes requieren sus servicios son habituales los contratos de confidencialidad, por lo que no puede dar muchos detalles de los eventos. Sin embargo, sí que afirma que por ahora solo ha tenido buenas experiencias. «Son personas amables y muy cercanas, que organizan grandes fiestas en sus casas». Porque sí, todo lo que se ve en películas y series americanas es real. «Prefieren celebrar en sus hogares antes que salir de bares o restaurantes como en España, y desde el covid todavía más». Por eso, el negocio de un catering de lujo va viento en popa.

«Es muy bonito, pero los últimos años han sido una vorágine de trabajo increíble», asegura esta vitoriana, que pese a sus intentos no ha conseguido encajar en su oferta algunos platos que le gustaría. Le ha ocurrido con los pintxos y con la tortilla de patata. «Los pintxos directamente no los entienden, y la tortilla de patatas les cuesta mucho. Para ellos la tortilla es mexicana y no conciben huevos para comer, aquí los huevos son solo para desayunar».