Basquevolt aspira a duplicar su plantilla hasta los 70 operarios antes de 2024

Un objetivo ambicioso para el que hace poco se concretó la entrada del Gobierno central en el accionariado y que ahora busca encarrilar flecos pendientes con el objetivo de que la línea piloto de producción de baterías entre en marcha en 2025. Un primer paso que se antoja clave para Basquevolt, inmersa en una endiablada carrera entre fabricantes de todo el mundo para hacerse hueco en el mercado de la movilidad eléctrica en 2035. Esa es la fecha que tiene fijada Europa para que se dejen de vender coches con motores de combustión, pese a que el Gobierno vasco ya ha manifestado su posición contraria a través de la figura de la consejera Arantxa Tapia.

En esa hoja de ruta de Basquevolt figuran dos grandes hitos a corto plazo. El primero y más urgente es la contratación de los profesionales que permitan no sólo avanzar en el desarrollo de las baterías de litio sólidas; también hacer posible que esa producción se pueda fabricar a niveles industriales. Una meta que ha hecho que la empresa no pare de ofertar puestos de trabajo cualificados y de incorporar personas a su plantilla. Con 35 trabajadores ahora, el objetivo de la compañía vitoriana es que a final de año se acerquen a los 70.

Entre las últimas incorporaciones figuran nombres ya conocidos en Vitoria como el de Sergio Bastoncillos. Hombre fuerte de la antigua Cegasa –en la que llegó a dirigir una planta en China–, ejerce desde septiembre como director de ingeniería de procesos en el fabricante alavés. También en nómina figura desde diciembre Jorge Tribaldos. Director de compras de Basquevolt, antes ha pasado por gigantes de la automoción como el Grupo Renault. Actualmente busca profesionales con perfiles técnicos, de mantenimiento y gerentes.

El segundo gran hito, también previo a la implantación de esa línea piloto de producción, es la mudanza al edificio Marie Curie, en Miñano. La casa de la antigua Epsilon Euskadi, la fallida escudería de Fórmula 1, ya acoge a empresas como AVS o Airbus, que está reactivando el túnel de viento del edificio. Ese cambio de sede, aseguran fuentes de la empresa, se realizará el día 27. Allí será donde se instalen los laboratorios y el área dedicada a la investigación.

Posteriormente llegará la fabricación de la planta piloto. Esa línea de producción se pondrá en marcha en 2025, pero se espera que sea «en la primera mitad de 2024» cuando comiencen las obras para hacer realidad el proyecto.

De la mano de esa ampliación llegarán las conversaciones con nuevas empresas para incorporarlas al capital de la compañía. Un movimiento en el que no sólo se esperan inversores, sino también socios en los que apoyarse para dar el salto a una fabricación de escala industrial.

Parte de ese proceso coincidirá con la presidencia española de la Unión Europea, de la que distintos empresarios consultados por este periódico esperan que la política energética –y en este capítulo se incluye el coche eléctrico– tenga un gran peso específico. La lenta y escasa llegada de los fondos europeos es un asunto que lleva en boca de los empresarios durante más de un año y se espera que la presidencia española y la tramitación de más convocatorias de los Next Generation permitan darle un empujón a proyectos empresariales que ya están empaquetados y remitidos a los ministerios a la espera de una respuesta.

Es ese impulso el que también espera Basquevolt, que en los últimos meses ha mantenido más contactos con representantes del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Según la propia agenda del Gobierno vasco, que ha acompañado al equipo de Francisco Carranza durante este año de 'puesta de largo', han sido dos las ocasiones en las que Basquevolt ha mantenido encuentros con representantes del IDAE –Intituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía, el equivalente al EVE a nivel estatal– en los últimos meses.