El Basque Culinary construirá en Lakua el edificio «emblemático» del campus del vino

A pesar de que llegaron a barajarse hasta cuatro o cinco posibles emplazamientos, entre los que se encontraban parcelas más céntricas o incluso remodelar edificios característicos, los cuatro actores principales del proyecto se han decantado por fin por Lakua. En concreto, por el espacio situado en la plaza Euskaltzaindia, entre las calles Rafael Alberti y Donostia. En primer lugar, por las dimensiones que requiere el área para llevar a cabo el proyecto, que necesita en torno a 8.500 metros cuadrados de superficie (el terreno seleccionado tiene 8.610 metros en total). Esa misma premisa limitaba sobremanera las opciones de hallar un suelo adecuado en la trama urbana.

Otro de los objetivos de los impulsores era crear una sede reconocible y moderna, una oportunidad que los palacios renacentistas de Vitoria no le brindaban. Cabe recordar que la casa central del parque de Miramón, en San Sebastián, fue diseñada por el estadounidense Robert Therrien y trata de simbolizar elementos de uso cotidiano en la cocina como vajillas, cacerolas o menaje. De hecho, el Ayuntamiento de Vitoria ha confirmado a través de una nota de prensa que se convocará un concurso internacional para la elaboración del proyecto.

Por otro lado, en la elección ha pesado también las buenas conexiones de la zona, tanto desde el punto de vista de la propia ciudad (es un área muy transitada por autobuses urbanos y el tranvía), como de accesos desde el exterior, ya sea por la estación de autobuses o por tener próxima la entrada en la ciudad. Además, se encuentra frente a la sede del Gobierno vasco, impulsor del proyecto a nivel autonómico.

Tener un emplazamiento para construir la sede supone el pistoletazo de salida definitivo para el ambicioso proyecto, que aspira a convertirse en un referente del vino a nivel internacional. Al margen del edificio que se construirá en Vitoria, contará con otra instalación en Laguardia (de unos 2.500 metros cuadrados), más enfocada en la investigación y la celebración de eventos.

El proyecto cuenta con un amplio respaldo institucional, tal y como se refleja en las inversiones por más de 14 millones de euros repartidas en varios años entre el Gobierno vasco (8,5 millones) y la Diputación (6 millones) y la decidida apuesta del Ayuntamiento. Estas partidas, que no incluyen la financiación privada, buscan dar el primer impulso al campus del vino, incluida la compra de terrenos y la tramitación para comenzar los trabajos.

El EDA gravita sobre cuatro ejes: formación –un grado especializado y varios másteres–, investigación –en colaboración con entidades como Neiker y la propia UPV–, el emprendimiento y la realización de eventos a nivel local, nacional e internacional. Cuando funcione a pleno rendimiento, el objetivo es que sus alumnos descubran en Álava los secretos del vino con un plan académico homologado a nivel internacional por el WSET (Wine and Spirit Education Trust) de Reino Unido.

Pese a la complejidad de aventurar los plazos de un plan de esta envergadura, el objetivo del Basque Culinary Center pasa por acoger a sus primeros alumnos de cara al curso 2026-27 y alcanzar las 300 matrículas en total.