Los contagios de ómicron obligan a hacer 2.675 contratos en cuatro meses en las residencias de Álava

Las sustituciones se «duplicaron» y hubo que realizar más de 15.000 llamadas ante la «carencia general» de graduados en enfermería

Jueves, 27 de enero 2022, 14:51

El ómicron empieza a aflojar levemente, pero hace unas semanas dejó en cuadro a muchas plantillas y sobre todo a aquellas que prestan una atención directa a los más vulnerables. El Instituto de Bienestar Social de la Diputación de Álava (IFBS) ha tenido que suscribir ... desde octubre hasta mediados de enero 2.675 contratos para cubrir las bajas y libranzas de los 1.600 profesionales de enfermería y auxiliares que trabajan en residencias, centros de día y otros servicios públicos de titularidad foral. Para encontrar candidatos que cubriesen esos huecos, los responsables de personal del Instituto han tenido que hacer más de 15.000 llamadas.

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De hecho, según los datos aportados por el diputado Emilio Sola a las Juntas Generales, el 27 de diciembre coincidieron de baja -por estar contagiados o considerarse contactos estrechos- y de libranza 300 sanitarios. Es decir, un 18,75% no acudió a su puesto y se necesitó alguien que cubriese su plaza. Si se compara con el mismo periodo del último año prepandemia (2019), se observa que se han «duplicado» las sustituciones. Un incremento del 109% en el caso de auxiliares de enfermería y un 123% más entre enfermeras.

«En un contexto de falta general de personal y de importante incidencia del ómicron, el IFBS ha conseguido culminar prácticamente todas las coberturas», defendió el titular de Políticas Sociales ante el chaparrón de críticas que recibió por parte de la oposición.

Sin escatimar esfuerzos

Como ya hizo el lunes la consejera de Sanidad, Gotzone Sagardui, Emilio Sola reconoció que existe una «carencia general» de profesionales sanitarios ante el «claramente insuficiente» nivel de graduados que existe a nivel estatal. «Las personas candidatas de las bolsas rechazan nombramientos o no han podido aceptarlos por estar en situación de incapacidad temporal o aislamiento, y es necesario llamar a más de una persona hasta concretar a la que acepta el nombramiento», evidenció. En el caso de los auxiliares de enfermería, se tuvo que permitir la contratación de gerocultores para que se siguiese la atención.

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«No se han escatimado esfuerzos ni medidas alternativas para lograr que el servicio siga prestándose con garantías y solvencia», aseguró Emilio Sola consciente de que los sindicatos -que este jueves se manifestaban frente a las puertas del legislativo alavés- le acusan ahora de «sacar la calculadora poniendo en riesgo a las personas trabajadoras y usuarias». El titular de Políticas Sociales achacó estas protestas de las centrales a que este año hay elecciones para renovar la junta de personal, el equivalente a un comité de empresa.

«El problema de cargos de trabajo venía de mucho antes de la pandemia, pero este maldito virus ha evidenciado las carencias de un sistema que necesita adaptarse a los nuevos tiempos», señaló Claudia Venceslao, procuradora de EH Bildu. «Tenemos serias dudas de que en todo momento se cubran las bajas. Conocemos casos de gente que dobla turnos o se ve obligada a renunciar a días de descanso», afirmó Ana Morales, coportavoz del PP. «Las trabajadoras de residencias de mayores están saturadas porque no ven fin a esta situación después de dos años y les toca trabajar junto a los colectivos que peor lo han pasado», defendió Laura Fernández, de Elkarrekin Podemos.

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