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david gonzález
Domingo, 3 de julio 2022, 00:31
La cabeza del Baco de Arkaia volverá a hacer las maletas. Tras pasar las últimas cuatro semanas en las catacumbas del Museo de Arqueología (Bibat), ... la pieza romana que permaneció 'extraviada' 46 años en casa del exalto cargo del PNV Jon Buesa, viajará en breve al Instituto de Patrimonio Cultural de España, en Madrid. Así lo ha ordenado la jueza María Elena Rodríguez, titular de Instrucción número 3, a la Diputación de Álava. El auto llegó el jueves a la Casa Palacio de la Provincia.
Con este nuevo traslado, la jueza instructora pretende atajar cualquier incógnita sobre la autenticidad de la pequeña talla, que apareció en unas excavaciones por unas obras de saneamiento en la localidad alavesa de Arkaia allá por 1976. Aunque todos los indicios apuntan a la legitimidad del adorno, la existencia de dos copias de yeso obligan a esta última comprobación.
Alo largo de los próximos días, Baco será transportado a Madrid con todas las medidas de seguridad para preservar su integridad. La preciada escultura mide unos 12 centímetros de alto y 8 de ancho. Es decir, poco más que una taza. Esta comprobación con los máximos referentes nacionales en el sector arqueológico podrá ayudar a situar su época. Ahora se habla del siglo I o II y I y pertenecería a la ciudad romana de Suestatium, ubicación actual de Arkaia. Este proceso de verificación podría durar varias semanas, incluso meses.
A partir de ese dictamen, todo indica que la jueza Rodríguez otorgaría la pieza de manera definitiva a la Diputación, la dueña legal pese a este periplo de 46 años en paradero desconocido.
Fuentes del departamento foral de Cultura admiten a EL CORREO que «la jueza ha realizado un oficio por el que ordena que la originalidad de la pieza la estudie el Instituto del Patrimonio Cultural de España para realizar el correspondiente informe pericial».
Estos medios aseguran que, «si bien determinar la originalidad de la pieza era relativamente sencillo y podría haberse hecho perfectamente y con todas las garantías en el propio Museo de Arqueología, esta decisión es incluso más positiva ya que, teniendo en cuenta que el proceso se inicia judicialmente por una denuncia interpuesta por el propio Museo de Arqueología, nadie tendrá la tentación de poner en duda el informe final».
El pasado 31 de mayo, Jon Buesa prestó declaración en el Juzgado de Instrucción 3 como principal sospechoso de tener en su poder esta pequeña talla. Apenas una hora después de admitir su posesión a la jueza, el que fuera director de Aguas de la Diputación y del Gobierno vasco, aparte de juntero y alto cargo del PNV, presentó la pieza en la tercera planta del Palacio de Justicia. Puso así el broche a una investigación iniciada por este periódico en noviembre de 2019 y que publicó el 23 de enero de este año, lo que generó un clamor en el sector arqueológico vasco y nacional, forzando a la Ertzaintza a emprender una investigación
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