El Ayuntamiento de Vitoria investiga las bajas de la Policía Local que pusieron en jaque la Media Maratón

Según han trasladado portavoces del Departamento de Seguridad, ahora en manos del jeltzale César Fernández de Landa, el Ayuntamiento «va a recabar información sobre lo sucedido dentro de los procedimientos ordinarios que Función Pública tiene establecidos para este tipo de situaciones». Sobre los hechos acontecidos el domingo, el Consistorio admite que se produjo una «falta de efectivos» y que hubo «complicaciones para poder garantizar el dispositivo previsto durante la Media Maratón». Pese a ello destaca el «esfuerzo extraordinario» que se hizo «para disponer de los recursos necesarios».

Fuentes internas de Aguirrelanda consultadas por este periódico confirman este extremo y aseguran que se ha recabado el listado de los agentes que ayer se cogieron la baja. Las incapacidades dejaron prácticamente desiertas de policía las calles de la capital, con apenas cinco uniformados trabajando dentro de su turno y varios agentes movilizados de forma extraordinaria desde los mandos o servicios especiales como el de escoltas de la alcaldesa.

Las bajas se enmarcan dentro de un pulso al Consistorio para que se siente a negociar con los representantes del cuerpo municipal para mejorar sus condiciones. Como la Policía Local tiene prohibido hacer huelga, los trabajadores dieron su visto bueno el pasado jueves a empezar a «aplicar la normativa de forma estricta» (el eufemismo que en el fondo supone una huelga de celo) y mantener «un trato exquisito con la ciudadanía en especialidades», que es la frase tras la que se esconde demorar los tiempos de atención al público.

24 horas después el edil de Seguridad anunció su intención de contratar interinos, lo que entre la plantilla muchos interpretan como el cruce de «una línea roja». La medida ha caldeado todavía más los ánimos entre los agentes municipales, que ayer dieron otro toque de atención con unas incapacidades repentinas que pusieron en jaque la celebración de la Media y que hizo que la organización hablase incluso de un «boicot» a la carrera.