El Ayuntamiento de Vitoria promete más Policía en Coronación

En el encuentro estuvieron presentes el concejal de Seguridad, Iñaki Gurtubai (PNV) y el edil del Servicio para la Convivencia y la Diversidad, Pascual Borja (PSE). De forma previa, los afectados habían emitido una comunicación a todos los grupos políticos con representación en el Consistorio para manifestarles su malestar y buscar soluciones conjuntas. También lograron una cita con, al menos, un partido de la oposición.

Por parte de los representantes del equipo de gobierno, el punto de partida en la reunión mantenida ayer era «estar en contacto directo con los vecinos y conocer sus planteamientos». Entre otros aspectos, los residentes admitieron que sí hay patrullas que acuden cuando se les avisa por los altercados «diarios». Pero apuntaron que «si se reforzase la zona con más agentes, quizás los agresores se amedrentarían». De ahí la promesa del Gabinete Etxebarria, que todavía no se concreta en plazos ni con ninguna cifra sobre el número de personal destinado a impedir la delincuencia en este distrito.

Así, y pese a este ligero acercamiento, los convocantes a la marcha mantendrán su intención de salir cada martes a las 19.00 horas desde el centro cívico El Pilar para recorrer en bloque «los puntos calientes». Ayer –con un número algo mayor de participantes que en anteriores ocasiones por el apoyo de barrios como Zaramaga o El Pilar– volvieron a cruzar por focos de conflicto como las calles Bruno Villarreal y Cruz Blanca.

El desalojo de las lonjas abandonadas (que hacen de cobijo de moradores ilegales enfrentados entre sí) depende en última instancia del juzgado, que debe haber recibido con anterioridad una denuncia por parte de los propietarios. Como esos procesos judiciales tienden a alargarse, los vecinos consensuaron buscar el apoyo de una asesoría inmobiliaria para analizar la posibilidad de que se les corte la luz.

«Tenemos que seguir peleando, haciendo lo que haga falta. No van a poder cuatro manos con un barrio», se animaban ayer entre ellos. De esta forma, si la fuerza vecinal se mantiene durante los próximos meses, no descartan agruparse como plataforma para «hacer más presión». Aunque, antes de llegar a ese extremo, volverán a buscar apoyo en la asociación vecinal, Errota Zaharra, quien ya manifestó su oposición a esta forma de protesta, así como instó al Ayuntamiento a buscar otras soluciones ya que, a su juicio, «emplear exclusivamente la vía policial no está dando resultados».

La Síndica, por su parte, si bien es consciente del movimiento limitado del Ayuntamiento, ha trasladado que el área de Salud o Urbanismo podrían llevar a cabo inspecciones porque las lonjas no tienen permiso de habitabilidad.