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El parque Larragorri, que pondrá el broche al Anillo Verde vitoriano, empieza a hacerse realidad. El Ayuntamiento tiene ya abierto el proceso de expropiación del suelo que se reconvertirá en una gran zona verde en el entorno de Lasarte. En concreto, entre Aretxabaleta y la ... facultad de Ciencias del Deporte. La Administración local se hará con 68.665 metros cuadrados que hasta ahora eran propiedad de Kutxabank (antes Caja Vital), y otros 12.767 metros de la inmobiliaria Zadure. El trámite, que suponía el principal escollo para culminar el Anillo Verde por el Sur y acabar con las inundaciones provocadas por los ríos Batán y Zapardiel, permitirá arrancar los trabajos entre finales de este año y principios del siguiente.
El Ayuntamiento culminará de esta forma un largo proceso. No sólo por lo que ha costado desbloquear el proyecto, estancado en los últimos años, sino por la incertidumbre que ha rodeado a esos suelos desde finales del siglo pasado. Pese a que la zona se contempló como parte de la expansión de Vitoria (junto con Lakua, Salburua y Zabalgana) y estar considerada una de las áreas más cotizadas, los proyectos urbanísticos nunca cuajaron por la crisis económica y la complejidad del terreno, propenso a inundarse. Su mantenimiento como suelo rural llevó a agrios enfrentamientos a los alcaldes de la ciudad –Cuerda primero, Alonso después– con los gestores de la Caja, partidarios de levantar viviendas e incluso con el Gobierno vasco. El entonces consejero Madrazo llegó a diseñar un nuevo barrio que nunca se tuvo en cuenta.
Más de dos décadas después, por tanto, ya es un hecho que su incorporación al anillo verde será la apuesta definitiva. El proyecto, que costará 6,3 millones de euros (los asumirá URA, la Agencia Vasca del Agua), comprende la creación de una balsa de laminación de 130.000 metros cúbicos de capacidad en la antigua gravera y la instalación de una tubería subterránea de 2,3 kilómetros para derivar el agua del Batán al río Ali. En paralelo, la actuación evitará que caudales limpios confluyan en la red de saneamiento de Vitoria, lo que mejorará la vida útil de la depuradora de Crispijana.
En una fase posterior se acometería la parte más lúdica del parque, que también contempla la construcción de una balsa de regatas. El entorno de la antigua gravera, que a día de hoy se compone de suelos improductivos (en su mayoría) o de cultivo, pasaría a convertirse en una de las zonas más extensas del Anillo Verde, por delante de Olárizu.
Las obras están ya en proceso de contratación, después de que URA adelantara la licitación al pasado julio con el objetivo de «agilizar» los trabajos. La Agencia Vasca del Agua buscaba evitar nuevos retrasos a la hora de adjudicar el proyecto, y confiaba en que el Ayuntamiento se hiciera con los suelos «en breve».
Además de los terrenos que pertenecían a la entidad financiera, la expropiación incluye ocupaciones temporales (durante la obra) y la utilización de los terrenos, sin que los afectados pierdan la titularidad. En este segundo capítulo también se hallan otros propietarios. En cualquier caso, todos los terrenos que se expropiarán de forma definitiva (salvo un metro cuadrado) pertenecían hasta ahora a Kutxabank y a la citada inmobiliaria. Aunque las cifras del trámite todavía no han trascendido, el Ayuntamiento estableció una partida de 250.000 euros en el presupuesto de este año para realizar expropiaciones.
La expropiación de los terrenos en los que se creará el parque de Larragorri supone el paso definitivo para dar el esperado pistoletazo de salida al proyecto. Aunque se trata de una obra de gran calado (6,3 millones de euros) que necesitará un plazo de 14 meses desde el inicio de las obras, la intervención, estancada durante años, ve despejado su horizonte para 2023. Será entonces, siempre que se cumplan los trámites administrativos, cuando el Gobierno vasco y el Ayuntamiento confían en contener las crecidas e inundaciones de los ríos procedentes de los Montes de Vitoria, Batán y Zapardiel.
La creación de ese nuevo humedal artificial será la primera piedra para lo que en el futuro será el parque Larragorri, uno de los más extensos del Anillo Verde vitoriano. Contará, además, con una singularidad, como es la construcción de una balsa específica para regatas, además de otras modalidades de deportes y ocio. El nuevo espacio podrá acoger una zona de carácter lúdico, así como itinerarios peatonales y ciclistas. También habrá praderas para plantaciones ligadas a reparar los suelos contaminados, un parque agrícola y focos de biodiversidad.
El proyecto fue presentado por el Gabinete Urtaran a la convocatoria de fondos europeos como parte de la regeneración de la infraestructura verde. «El desarrollo de esta red de parques periurbanos ha sido un rotundo éxito, con algunos espacios de alto valor ecológico y paisajístico que debemos seguir protegiendo y mejorando», afirma la concejala de Territorio y Acción por el Clima, Ana Oregi (PNV).
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