La municipalidad de Tánger, propietaria del palacio Álava-Esquível, sigue sin hacerse cargo de las reparaciones que obligaron a instalar mallas en su exterior hace siete años. La ciudad norteafricana, dueña de esta casa noble del siglo XV enclavada en la calle Herrería, aún ... no se han puesto en contacto con l Ayuntamiento de Vitoria, que continúa imponiéndoles multas coercitivas que ascienden incluso a cantidades de 34.000 euros. Tampoco están abonando el pago del IBI ni del agua de este bloque en el que residen varias familias y sigue pendiente de pago el importe del proyecto para la restauración del palacio.
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Legalmente Vitoria puede llegar a imponer a Tánger un total de diez multas, lo que supondría una deuda importante para la ciudad marroquí. «A partir de ahí tendríamos que dar otros pasos», ha explicado en comisión Ana Oregi, concejala de Territorio y Acción por el clima, antes de hacer referencia a la posible vía de la expropiación del edificio. «Me comprometo a abordar esta fórmula a lo largo de 2021», ha prometido Oregi al edil de Elkarrekin Óscar Fernández, quien ha preguntado por las obras de reparación del edificio. El coste de la reforma está cifrado en 400.000 euros.
Otra forma de que la titularidad de este edificio en decadencia –el pasado mes de enero se cayeron los techos de los trasteros– pasase a manos alavesas implicaría al Gobierno de España. El departamento de Territorio también explora esta fórmula que requeriría que, en primer lugar, Tánger cediese el palacio a Marruecos. «Nos preocupa la seguridad de quienes viven en este palacio de alto valor patrimonial», ha señalado Fernández.
La capital alavesa cuenta con otros palacios y casonas que urgen reparaciones y este año la pandemia ha contribuido a retrasarlas. Los planes para dar al fin una solución al estado de Escoriaza-Esquível, erigido en el XVI, y reformarlo sin un uso concreto definido se verán retrasados al menos un año más. «Planteamos licitar el proyecto en 2021», ha apuntado Oregi, quien ha recordado que es necesario consolidar la estructura del edificio, su cubierta y solucionar varios problemas de accesibilidad en la planta baja. El objetivo de esta puesta a punto es frenar el deterioro de este entorno señorial, y Territorio espera al presupuesto de 2021 para sacar la licitación. Sin embargo, el uso que podría darse a Escoriaza-Esquível tras las reparaciones continúa siendo una incógnita. «Estamos hablando con distintos interlocutores y algunas propuestas», ha afirmado Oregi, quien subraya que «no hay usos públicos para todo el patrimonio que existe en la ciudad» y reitera que no descartan ningún uso público o privado. «Queremos que el patrimonio esté en uso porque es como mejor está», ha resumido.
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