Tocado, pero nunca hundido. Hasta cuatro veces se han visto con el agua al cuello, a punto de naufragar, y, sin embargo, siempre han conseguido 'Salir a flote'. Con esa expresión, la de quien se salva del ahogamiento, es como han titulado el concierto solidario ... y de homenaje a El Pez, el mítico estudio de música de Abetxuko, este sábado a las 18.00 horas en la ikastola del barrio.
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Toda una enorme y grata sorpresa para los hermanos Nando y Alberto de la Casa, dos leyendas vivas de la música local, capaces de salir hasta de cuatro quiebras. La última –y de ahí el juego de palabras– el pasado diciembre. Las embravecidas aguas del Zadorra, alimentadas por las compuertas abiertas del embalse de Ullíbarri, inundaban su casa y la de otros tantos compositores alaveses en la calle La Presa, una de las peor paradas tras aquella veintena de días de lluvia ininterrumpida.
Gracias a la compensación del consorcio de seguros y la ayuda de otros tantos amigos y alumnos, hoy El Pez sigue, por suerte, vivito y coleando. Y aquello de la inundación ya es otra graciosa anécdota que sumar al manual de supervivencia de los hermanos De la Casa. Una jornada, recuerda Alberto, digna de una escena de 'Titanic'. «Estaba con una alumna cuando me dijo: 'Mira, está entrando agua'. En pocos minutos ya nos llegaba por el tobillo. Nos dio tiempo a subir todos los instrumentos, pero los amplificadores, que pesan una barbaridad, no».
Así el agua subió y subió hasta rozar «los 60 centímetros», tanto que apenas los peces dibujados en el mural de la entrada quedaron por encima del nivel fluvial. «Parecía un chiste», asume. Luego empezó la guerra por devolver a ese local con sus paredes desconchadas y el parqué levantado su apariencia de estudio musical.
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Mientras, todos sus más cercanos urdían la manera, no solo de ayudarles a recabar el dinero, también a agradecerles todo lo que los hermanos se han volcado con los vecinos del barrio. «Es una de estas típicas cosas que salen del corazón y de una cervecita», recuerda Pedro González de Viñaspre, el cerebro tras la operación. «Yo que me creía listo y me engañaron totalmente», reconoce De la Casa.
Así, en un supuesto 'ensayo', «empezó a parecer mucha gente, muchos de ellos a los que llevaba tiempo sin ver». Entonces apareció Ángel Benito y su «retrofuturista» cartel. «Cuando lo vi lo único que atiné a decir fue: 'Qué hijos de puta'», relata entre risas.
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Ahí estaban todos. Amigos, clientes y alumnos. Aitona Zittalak, Handicap, Elh Malick, Algo Milá, Youngfish, El Callejón de Cachán, Claudia Morales, Yahorake, Ruper Ordorika, Melophilia, la txosna de Txustarra y hasta la hija de Alberto con su grupo, Virginia de la Casa Trío. «Parece que a veces tienen que ocurrir desgracias para descubrir la calidad humana de la gente que te rodea», dice emocionado.
Una historia de solidaridad que encontrará en todo este plantel y su actuación de esta tarde la manera de mantener vivo un estudio que, todos sus allegados inciden, es muy necesario. «En un mundo tan mediatizado por el dinero. Ellos han ayudado a muchos artistas que de otra forma no habrían tenido posibilidades ni recursos para hacer su música», resume Viñaspre.
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