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Los vecinos de la plaza Aldai han decidido llevar sus quejas por el ruido al Ararteko, dado que el Ayuntamiento no ha tomado medidas eficaces para paliar las molestias que sufren en sus casas, especialmente durante los fines de semana. «Cuando llega la primavera nos ... echamos a temblar porque todos los fines de semana hay algo en la plaza. La última la fiesta de euskera el fin de semana pasado, se prolongó hasta casi las cinco de la mañana con un ruido que impedía descansar», explicó Javier Larrinaga, uno de los vecinos de la zona. La situación se agravó a partir de las tres de la madrugada, con la actuación de un DJ, que disparó los decibelios. Por eso, han decidido reunir toda la documentación que han recopilado durante estos años para remitirla al Ararteko y exigir que se eviten los ruidos en uno de los entornos más céntricos de Llodio. A su entender, la localidad sobrepasa los límites razonables para estas actividades.
Él y otros vecinos han presentado ya innumerables reclamaciones en el Ayuntamiento para acabar con «esta tortura», de momento, sin éxito. Hace algo más de un año, durante las fiestas de San Pedro de 2023, que se celebraron en junio, recogieron 130 firmas de vecinos de la zona, tanto de Zumalakarregi como de la calle Virgen del Carmen, las dos calles que bordean la plaza Aldai, para protestar. También han mostrado su malestar en comunicaciones al Ayuntamiento y en las asambleas de barrio, pero de momento «el ruido está afectando a nuestra salud física, mental y a nuestras relaciones pese a que algunos hemos tomado medidas para paliar los ruidos que tenemos en casa», explicó Larrinaga, que ha reforzado el aislamiento de puertas y ventanas para minimizar las molestias. «No nos molesta que se organicen fiestas ni que haya actividades en la plaza, vivimos en el centro y sabemos lo que hay, pero no es tolerable que a las tres, las cuatro y las cinco de la mañana, se siga oyendo un ruido insoportable dentro de las casas», explicó.
Larrinaga ha llegado a solicitar mediciones sonoras dentro de su domicilio «que han llegado a alcanzar 60 decibelios en una habitación y 78 en la sala, cuando lo tolerable en esas horas son 25. Es insoportable», señaló.
Los vecinos aseguran que el Ayuntamiento por su parte, ha encargado una medición de ruidos para conocer la situación en Llodio y dónde se localizan las mayores afecciones. «Sabemos que tomaron mediciones en Virgen del Carmen en fiestas que han llegado a dar hasta 130 decibelios. Así no se puede vivir», reclaman los afectados.
Los residentes de la zona entienden que el problema se ha agudizado desde hace «una década aproximadamente, cuando el Ayuntamiento mandó las barracas a Zumalakarregi, que estaban en esta plaza, y nos trajo las txoznas aquí». La propuesta que han presentado pasa porque las txoznas vayan rotando por otras ubicaciones del pueblo o incluso que se coloquen junto a las barracas en zonas alejadas como el aparcamiento de la antigua Lidl para evitar molestias, pero «solo tenemos buenas palabras por parte del Ayuntamiento, sin que se hayan tomado medidas».
Sin embargo, las quejas por el ruido no se limitan a la plaza Aldai. Los vecinos de la plaza Alberto Acero también se sienten molestos por el mismo motivo desde que se ha convertido en un espacio para espectáculos y fiestas. En Goikoplaza mientras tanto, soportan los ruidos de la bajada de la autovía por donde circulan muchos camiones, sin que se hayan tomado medidas.
A esos se unen los ruidos del tráfico pesado, que sigue circulando por el centro de Llodio sin que se hayan buscado alternativas para que los camiones esquiven el casco urbano.
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