marta peciña
Jueves, 16 de septiembre 2021
Un grupo de vecinos contrarios al cambio de nombre del colegio Lucas Rey de Amurrio por Mendiko, han decidido llevar el asunto al Ararteko ante el «atropello» del que se sienten objeto. El verano pasado, recogieron 1.031 firmas de apoyo «por la trayectoria ejemplar ... de Lucas Rey y el orgullo que representa para el pueblo de Amurrio» y ahora esperan que el Defensor del Pueblo «atienda nuestra queja», dado que el maestro, que ejerció entre 1893 y 1944, es recordado con mucho cariño.
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Pese a ese respaldo, los promotores de la recogida de firmas, entienden que se ha producido «una falta total de comprensión de las instituciones, del Ayuntamiento de Amurrio con el voto favorable al cambio de todos los partidos, de la delegación y la consejería de Educación». A eso suman «la falta de sensibilidad de los miembros del Consejo Escolar que promovieron la eliminación del nombre de Lucas Rey».
APOYO
Las quejas se trasladaron posteriormente al departamento de Educación del Gobierno vasco, que «no ha admitido el recurso presentado contra la decisión del cambio de nombre aduciendo una falta de legitimación por nuestra parte, al entender que no estamos directamente afectados». Se trata de un argumento que ha levantado ampollas entre los contrarios al cambio porque «como vecinos, claro que estamos afectados», han asegurado. También lamentan que el departamento de Educación «no ha entrado a valorar el 'fondo' del recurso donde se señalaban unas posibles irregularidades cometidas en el consejo escolar que tomó la decisión de cambiar el nombre».
La decisión del colegio Lucas Rey-Matías de Landaburu de Amurrio de llamarse Mendiko Eskola partió de parte del personal del centro, que recogió firmas para celebrar un consejo escolar extraordinario donde se adoptó la decisión para «modernizar» el nombre del centro y seguir el criterio toponímico que se ha aplicado en otros lugares, como ocurrió en el colegio Zabaleko, que anteriormente se llamaba Antonio Rueda.
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La decisión se adoptó pese a que inicialmente solo estaba planteada como una propuesta e incluso algunas voces pidieron en aquel momento hacer un sondeo más amplio antes de adoptar una decisión definitiva.
Sin embargo, el cambio de nombre fue ratificado y un grupo de vecinos inició una recogida de firmas que superó el millar de adhesiones. Aunque se presentaron en las instituciones, en el mes de marzo, el departamento de Educación dio carpetazo al tema ratificando la nueva denominación.
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