Valvospain cierra en Amurrio y despide a sus 79 trabajadores

Fueron momentos difíciles porque la compañía dejó de pagar tres nóminas a los operarios, que empezaron una huelga. Después de un mes, cobraron los salarios pendientes y abandonaron la protesta porque se planteó la posibilidad de alcanzar un acuerdo con una entidad bancaria que reflotaría la empresa. No fue así. Ninguna de tres las solicitudes presentadas al concurso de acreedores para hacerse con la compañía llego a fraguar. Incluso, se reformuló el procedimiento para convocar una subasta a la que fueron convocadas las tres alternativas, sin que ninguna de ellas materializara su oferta en firme cuando llegó el momento de poner el dinero sobre la mesa. Ese plazo terminó el 29 de enero.

Ahora, ya solo queda la liquidación de los pabellones, la maquinaria y la extinción de los contratos de la plantilla, que estaba sumida ayer en un clima de pesimismo. «Llevamos en ERTE desde el mes de marzo, casi sin ir a trabajar. Es mucho tiempo sufriendo esta situación y con ingresos escasos para hacer frente a hipotecas, hijos... Ahora nos quedamos un montón de familias en la calle y en una situación que es mala en toda la zona. Es una pena lo que pasa», explicó Aitor Echevarría, miembro del comité de empresa. En las oficinas, ya nadie responde al teléfono y los operarios entienden que «ha habido una mala gestión».

Valvospain es el fruto de la fusión de tres empresas en el año 2006, Lázaro Ituarte, Fluval, MTS Valves y Valvospain Logística que centralizaron su actividad en el polígono Kalzadako de Amurrio. Llegó a tener hasta 120 trabajadores, pero «hubo un momento a partir del que los accionistas no supieron llevar la empresa adelante porque estamos convencidos de que daba dinero, pero hubo muchos cambios y quedó un agujero importante», señaló el comité.

La empresa hubiera celebrado en 2021 sus 90 años de trayectoria en Amurrio. Lázaro Ituarte se creó en 1931 tras la adquisición de un pequeño taller de fabricación de grifos, 'Metalurgia Ayalesa', propiedad de Miguel Bea, que estaba ubicada en el molino de Errotatxu, en Boriñaur. Allí inició su andadura la que sería una de las empresas más importantes de Amurrio. En los años 30 y 40 estaba especializada en válvulas y ventanas para la industria naval. A partir de ahí fue creciendo y se trasladó a las inmediaciones de Saratxo, donde protagonizo la fusión que dio lugar a Valvospain.