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Hace tiempo que el txakoli dejó de ser un vino malo, 'vigrillo', como lo llamaban algunos, para evolucionar hacia cotas de calidad que le permiten codearse en el mercado internacional con los grandes vinos blancos californianos, australianos o chilenos. Apenas siete bodegas, que responden a ... menudo a la pasión enológica de su dueños, y a un esfuerzo denodado por mejorar el producto, hicieron este domingo gala de calidad en una edición redonda, la 25, que pese a la capa grisácea que cubría el cielo y la amenaza de lluvia, brilló como nunca. «Hemos vendido 36.000 tickets, todos los que habíamos hecho», confesó satisfecho el orgullosísimo gerente de Arabako Txakolina, Josean Merino.
Fue un día duro para las bodegas, con un gran trasiego de gente cargada de copas y pinchos que pasaban por los mostradores para probar los caldos de la última cosecha, calificada como 'excelente', Paz Verástegui, de la bodega Txikubin de Murga presentó en sociedad su txakoli 'ojo de gallo', «para recuperar una variedad que mezcla uvas blancas y tintas que estaba un poco olvidada», mientras defendía su espumoso «premiado con dos medallas de oro a nivel estatal». Ana Abando, de Astobiza (Okondo) enseñó toda su variedad, desde el Malkoa «que no se prensa y solo es la lágrima de las uvas», al vendimia tardía «que se recoge en noviembre». Jon Ortuzar, de Artomañana (Amurrio) confía en seguir ampliando sus mercados internacionales donde aprecian «el frescor» del txakoli alavés y Egoitz Zubiarur, de Gárate (Llodio), se esfuerza en trasladar «todos los matices de cada parcela de tierra a cada una de las botellas que hacemos», aseguró. Txema Gotxi, de Bat Gara (Amurrio) estaba entusiasmado con «la compra de un viñedo de uvas tintas de cien años en Llodio» con el que sorprenderá al mercado con una nueva propuesta cuando haya pasado el tiempo suficiente para que el vino adquiera toda su plenitud.
Mientras los bodegueros analizaban la situación del sector, los papeleos que tienen que superar y las dificultades del mercado, el público se lanzó a la pura faceta lúdica de la fiesta, a probar los txakolis, y disfrutar de una jornada para compartir y celebrar. El talo, los champis, el queso, los puestos de artesanía y hasta el 'photo call' de Raisa Álava, autora del cartel de este año, contribuyeron a llenar la jornada de alegría.
Uno de los que más disfrutó fue David Lecanda, embajador de Arabako Txakolina de este año, por su labor de difusión en la decena de restautantes que tiene en Madrid, donde el txakoli alavés es el que se ofrece 'por defecto' en la carta. El restaurador defiende así sus orígenes hondamente arraigados en el valle de Ayala.
El Txakolin Eguna es también una cita fija en el calendario de las cuadrillas, como para las 'Txapulinas' de Orduña; Uxue Mendivil, Ainara Mínguez, Leire Vea, Olaia Álava, Maider Bas, June Arto, June Biguri, Oihane Elexpe, Olaitz y Askue llegaron a Amurrio «dispuestas a comer, beber, ir al concierto y a la romería y volver en tren», explicaron.
Otro grupo de chicas, integrado por Nuria Aguilar, Naiara Ortega, Maite Fernández y Arrate Cantero llegaron desde Bilbao «a degustar el txakoli alavés», el que prefieren entre los tres que se elaboran en Euskadi.
Angel Ibarrola, Inés Martínez, Naia Fernández, Carlota Gaviña, Saioa Carbajo, Xabier Egúia, y Julene Álava disfrutaron del concierto de Belgorri. «el bajista, Galder Albizua, es amigo nuestro», corearon. A unos metros de distancia, José María Eizaguirre, Juan Mari Saratxaga, Carmelo Guinea, Garbiñe Beganza y Begoña Solarice, que se acercó desde Larrimbe, compartían los matices de cata mientras iban probando los caldos.
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