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El turismo en la comarca de Ayala no ha logrado recuperar los datos anteriores a la pandemia. La única oficina de turismo de la comarca de Ayala, ubicada en Amurrio, ha contabilizado 156 visitas durante la Semana Santa frente a las 184 que pasaron por ... allí en el mismo periodo de 2019. A esas hay que sumar otras 94 que se acercaron al Museo Etnográfico de Artziniega. «La mayoría, cerca del 80% viene buscando el salto del Nervión, aunque no todas pasan por aquí», explican en Amurrio.
El hecho de que durante la Semana Santa, el principal atractivo turístico de la comarca de Ayala apenas haya tenido agua por la escasez de lluvias en los días anteriores, ha implicado un descenso en el número de visitas. Aún así, en Délika siguen sufriendo la presión de la enorme cantidad de visitantes que se acumulan en sus calles. «Estamos estudiando la posibilidad de ampliar el aparcamiento que tenemos ahora con una parcela de una hectárea situada al lado, pero necesitamos ayuda de Diputación porque no podemos abordarlo en solitario», explicó ayer Manuel Guinea, presidente de esta Junta Administrativa amurriana. «Necesitamos comprar la parcela y acondicionarla para que puedan aparcar autocaravanas y que no nos invadan el pueblo», añadió.
Una de la principales demandas de los turistas que llegan a Ayala es «el senderismo», aseguran en los alojamientos y restaurantes de la zona, que «han trabajado bastante bien en estas fechas» señalan en la oficina de Orduña. Además del salto del Nervión, la demanda pasa por acercarse a la cascada de Gujuli o al pico Tologorri. En días de lluvia, la oferta es mucho más limitada, especialmente con niños.
«La gente viene de zonas cercanas a pasar el día», explican en la oficina de Amurrio. De ahí, que muchos visitantes sean vascos, aunque también se han registrado visitas de catalanes, madrileños, castellano leoneses y valencianos sobre todo, que aprovechan su estancia en el País Vasco para acercarse a Ayala.
Otro de los atractivos de la zona son las bodegas de txakoli que han acogido con satisfacción la integración en la asociación de las Rutas del Vino de España y han estado abiertas durante estos días. Un ejemplo es la bodega Artomañana. Allí Mikel Merino asegura que «hemos atendido a cerca de cuatrocientas personas en estos días». La mayoría se acerca a la bodega con una visita guiada concertada, pero también pueden acceder al 'wine bar' abierto recientemente y a la degustación de menús que también se ha incorporado a la oferta de una de las principales bodegas de Arabako Txakolina. «La gente busca conocer las diferencias de nuestros vinos respecto a los de otras zonas», asegura Merino.
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