Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El sorteo del Cuponazo de la ONCE del 4 de marzo, ha dejado más de medio millón de euros en el municipio alavés de Llodio. Un total de 19 cupones resultaron premiados con 25.000 euros cada uno; y uno fue gratificado con 40.000 ... euros. «En una serie que se ha ido vendiendo a la gente que venía y pedía un número para el sorteo del viernes. No había nadie abonado a este número», explico González este lunes en su puesto de la Herriko Plaza.
La jornada se está llenando con felicitaciones al vendedor y con la alegría de que «ya han venido tres personas a cobrar el premio. Solo una de ellas se ha acercado con 'sospechas', pero las otras dos se han llevado una sorpresa cuando se lo he dicho». Se trata de dos mujeres «de unos setenta años y un hombre más joven, que son clientes habituales», explicó a EL CORREO González. La reacción ha sido la misma en los tres casos. «¿Dónde se cobra esto?», han preguntado los tres afortunados. «Les he dicho que tenían que ir al banco y allí se han dirigido para cobrar su premio».
González se queda con la satisfacción de haber repartido un premio importante, que se suma al del 9,6 millones de euros que entregó en la Nochevieja de 2011 en el Centro Gallego de Llodio y que tuvieron que rescatar de la basura, donde terminó después del cotillón. Aquel mismo año repartió otros 60.000 euros en dos premios y el año pasado, 100.000 más. «Estoy en una nube. Tengo que andar con cuidado para no equivocarme con los premios», confiesa ante la riada de personas que acuden a su puesto de la Herriko Plaza para comprobar su boletos.
«El sábado yo estaba disfrutado de mi día libre, y andaba de poteo con la cuadrilla- ha explicado este lunes González- y me llamó un compañero dándome la noticia. ¡Lo había vuelto a hacer! ¡Había vuelto a dar el gordo en el pueblo!», ha asegurado.
González es uno de los vendedores veteranos de la ONCE en Llodio después de trece años despachando el cupón. Desde hace once años ubica su puesto desmontable en la Herriko Plaza, aunque antes pasó por el Crucero y por Eroski. «Hay una cabina en el Crucero pero no tiene luz y está mal ubicada, así que la uso para guardar mis cosas, pero la plaza es mejor como puesto de venta, aunque estoy a la intemperie y no siempre es fácil trabajar cuando la climatología no acompaña», señala con una sonrisa de satisfacción por hacer felices a sus vecinos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.