«Seguimos sin entender las razones del cambio de nombre del colegio»

Los promotores de la recogida de firmas están analizando las posibilidades de defender su posición en los juzgados ante las dudas que les genera la forma en la que se tomó la decisión en el seno del consejo escolar al terminar el curso pasado. Su malestar es tan grande que no descartan crear una asociación de amigos del antiguo maestro e incluso editar un pequeño libro con sus aportaciones educativas y asistenciales a nivel local para que su figura perviva en las nuevas generaciones.

«Seguimos sin entender las razones del cambio de nombre. Es una decisión, que no por esperada ha sido menos dolorosa», explicó Juan Mari Villanueva, uno de los promotores de la recogida de firmas en favor del maestro, que agradeció el respaldo de 1.031 personas que en julio y agosto pasado, en plena pandemia, apoyaron el mantenimiento del nombre del maestro. Con un argumento similar, Ramón Zurimendi, presidente de la asociación Aztarna atribuyó el cambio de nombre del centro a «una moda que va con los tiempos y con el carácter euskaldun de la zona».

En su repaso de lo ocurrido, Villanueva señaló que «el consejo escolar en el que se tomó la decisión, se convocó en realidad para analizar una propuesta que no fue tal». Incluso lamenta que algunas de las personas que se prestaron a analizar el cambio en el seno del colegio, lo hicieron «engañadas, porque no era una propuesta lo que se debatió, sino que se adoptó una decisión». Incluso tras aquella reunión solicitaron «hacer una encuesta más amplia para conocer la posición de la comunidad escolar, pero la respuesta fue negativa». De hecho, los intentos que han realizado para debatir el cambio de nombre, han sido rechazados en todo momento por los promotores del nombre Mendiko Eskoka. En definitiva, fueron una quincena de personas las que respaldaron aquella decisión «y algunas de ellas ya no están en el colegio», añadió.

En ese sentido, Zurimendi recordó que «el consejo escolar es soberano para tomar decisiones» y aseguró que «nuestra intención es recordar su figura para que no caiga en el olvido». Por eso, lamentó que Lucas Rey no siga siendo el nombre de la escuela, «que es el lugar que le corresponde porque aunque tenga una calle y un busto en Amurrio, fue a la educación a la que dedicó su vida».

Desde el grupo que recogió las firmas lamentan incluso el papel que ha jugado el Ayuntamiento, porque «tenía que haber ejercido como valedor de nuestra identidad», añadió Villanueva y recordó que la Corporación siempre se ha remitido al acuerdo del consejo escolar para evitar implicarse en el cambio de nombre. En ese sentido, otro integrante del grupo, Alfredo Cerrillo, recordó que «ya se intentó antes hacer el cambio, pero Pablo Isasi lo impidió».

El mismo grupo entiende que Lucas Rey dejó un profundo poso en Amurrio, donde llegó a ejercer como alcalde y tras su muerte tuvo un homenaje durante las fiestas. Su recuerdo no es ofensivo, ni va contra la memoria histórica. Incluso «propusimos el nombre de Lucas Rey-Mendiko Eskola, pero también esa propuesta fue rechazada».