Pasquines anónimos piden «insumisión» al IBI ante la Hacienda foral en Llodio

Nada ha cambiado desde entonces y el recibo se ha mantenido igual. En esta ocasión, la protesta coincide con la apertura del plazo para el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles rústicos y urbanos en el Ayuntamiento, que se podrá hacer efectivo hasta el 16 de diciembre. Los recibos domiciliados se cargarán en cuenta justo a la mitad del periodo cobratorio, el día 16 de noviembre. Se trata del recibo más importante que pagan los residentes en Llodio a lo largo del año. Supone un 0,3% del valor catastral de la vivienda, local comercial, garaje o terreno. Puede rondar los 350 euros anuales en el caso de los pisos.

Este es uno de los impuestos que no se ha tocado en las ordenanzas fiscales para el próximo año, ya que para el resto, se han previsto subidas variables a partir del 2% aunque algunos, como el cementerio o el aparcamiento de camiones, sufrirán subidas significativas.

Los vecinos aseguraban que «en la situación que estamos, no deberían subir los impuestos. No sé cómo vamos a poder pagar».

Respecto al IBI en concreto, otros afectados apuntaban que «ya nos dijeron cuando se produjo aquella subida tan importante, que iban a hacer una revisión catastral para ajustar los valores a la realidad, pero todavía no han hecho nada». Otro incluso apuntaba que «los valores de mercado que se están registrando en la notaría están por debajo del valor catastral».

No hay más que recordar que la subida cayó como un jarro de agua fría entre los llodianos, que mostraron su malestar, lo que obligó al Ayuntamiento a adoptar medidas para fraccionar los pagos y aplicar bonificaciones a las familias más desfavorecidas. El próximo año, el IBI tampoco se tocará y supondrá unos ingresos de 3,5 millones de euros para la Corporación.

La Diputación ya se ha puesto en marcha, después de varias peticiones lanzadas desde la localidad, para realizar una nueva valoración catastral más ajustada a la realidad.

Con los mismos plazos ha quedado abierto el periodo de pago del Impuesto de Actividades Económicas, mucho más modesto, que supondrá unos ingresos de 640.500 euros. En este caso, deben pagar las empresas que facturen entre uno y dos millones de euros anuales.