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Una treintena de puestos de pan y pastel vasco, queso, embutidos, zumos, mermeladas y otras delicias han abastecido las despensas de Amurrio de cara a los próximos días. Alberto Campo llegó a la feria «como todas las semanas» con sus elaboraciones artesanales de zumos y ... mermeladas. Lo mismo que Maikar Pérez de Cárcamo, que asumió con su marido Joseba Petralanda el negocio de pastel vasco y rosquillas que su suegra Maite Ereño inició hace cuarenta años en Lezama, y ya cuenta con la ayuda de su sobrina Izargi, que ayer atendió a la clientela como una experta dispuesta a tomar el relevo.
Los chaparrones se sucedieron durante toda la mañana pero la Sociedad Micológica Arriola preparó a cubierto un millar de pinchos de setas en dos enormes cazuelas. «Las repartimos al precio simbólico de 50 céntimos, con un blanco o agua», explicó Fernando Egiluz, uno de los cocineros. Mientras unos cocinaban, las cuadrillas se desperezaban antes de iniciar el triki-poteo en el que les acompañaron Andere Gallardo y David Rodríguez, de Aretako Trikitrixa, mientras en el frontón se preparaban 400 raciones de paella de las que dieron buena cuenta a la hora de comer.
Los críos se lo volvieron a pasar pipa en el frontón de Mendiko Eskola, donde se refugiaron de la lluvia, pero se lanzaron de cabeza cuando empezó a funcionar el cañón de espuma en el exterior.
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