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Las protestas de la plantilla de Tubacex por los 150 despidos que plantea la empresa en Llodio y Amurrio derivaron este martes en duros enfrentamientos que dejaron contusionados a 13 ertzainas y varios trabajadores, además de tres detenidos y seis personas identificadas. El momento de mayor tensión se produjo hacia las nueve y media de la mañana, cuando un autobús que transportaba a trabajadores que no secundan la huelga indefinida iniciada el pasado día 15 se acercó a la puerta de la empresa. A esa hora, varios cientos de personas y medio centenar de operarios con monos rojos que esperaban sentados en el suelo profirieron gritos y abucheos contra los ocupantes del autobús.
Los agentes de la Ertzaintza desplegados en el lugar solicitaron, sin éxito, a los trabajadores que se levantaran para abrir paso. La tensión fue en aumento y uno de los trabajadores atacó al vehículo de la Ertzaintza que escoltaba al autocar. A partir de ese momento comenzaron los enfrentamientos en los que los agentes hicieron uso de material antidisturbios mientras que, por su parte, los manifestantes lanzaron cohetes. En varios momentos se llegó incluso al intercambio de golpes entre ambas partes, que terminaron con caídas entre gritos de los congregados. Como resultado, 13 ertzainas y varios trabajadores resultaron contusionados y hubo dos detenidos.
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Los enfrentamientos se repitieron hacia las cuatro de la tarde, a la salida del autobús que transportaba al personal que había estado trabajando, y se saldaron con un detenido más.
La concentración a las puertas de la planta de Tubacex en Llodio se viene realizando todos los días desde que se inició la huelga indefinida. El comité había convocado la protesta de este martes a las 8.30 de la mañana, pero una hora antes ya se habían congregado casi un centenar de personas. La Ertzaintza acudió con varios efectivos de la Brigada móvil.
Desde el inicio de la huelga, la calle que pasa por delante de la fábrica está cortada al tráfico y todos los días la llegada del autobús con el personal que se incorpora a sus puestos es el momento de mayor tensión. Además, este martes había convocado un nuevo encuentro entre el comité de empresa y la dirección. Hasta ahora, ambas partes han celebrado varias reuniones en las que se ha analizado la documentación económica en la que la empresa basa su decisión de despedir a 150 personas y aplicar un ERTE del 29 de marzo al 30 de septiembre que afectará al 60% de la jornada.
Las reacciones a los altercados no se hicieron esperar. La empresa mostró «su más absoluta condena y rechazo», mientras que CC OO denunció «la represión desmedida de la Ertzaintza ante una concentración pacífica». En esa misma línea, EH Bildu anunció que pedirá explicaciones al departamento vasco de Seguridad. Por su parte, ELA, LAB, ESK y STEILAS han convocado un paro comarcal de dos horas el 5 de marzo.
Incluso terció en el asunto el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, que en su Twitter escribió: «¿Llamarán 'violentos terroristas' a los trabajadores de Tubacex en Llodio que luchan para que 150 familias no se queden sin sustento? Espero que no».
El sindicato ERNE de la Ertzaintza reclamó más medios para hacer frente a esas situaciones dado que «el número de agentes que acude a las concentraciones es insuficiente, no se les deja usar los medios de los que dota el propio departamento, se les obliga a entrar en una lucha cuerpo a cuerpo destinada a perder, y siempre con el temor de que alguien grabe las actuaciones y los agentes acaben denunciados».
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