Los pastores denuncian en Amurrio que el lobo amenaza su forma de vida

Gotxi pastorea su ganado en el monte Babio, cerca de Amurrio, pero quedan lejos los tiempos de su padre, cuando al regresar de la guerra asumió la tarea de la que se había encargado su tía Teresa durante ella, y empezó a subir el rebaño a la Sierra Salvada. Entonces los ganaderos daban caza a los lobos que atacaban a las ovejas. Ahora las sierras alavesas y las inmediaciones de los caseríos se han convertido en lugar de «riesgo» para los rebaños.

Julen Martínez de Santos, de Guillarte (Kuartango), fue directo. «Las instituciones tendrán que apostar por nosotros», zanjó frente a sus ocho ovejas muertas, atacadas por el lobo en la madrugada del sábado «en una finca próxima al núcleo urbano». El rebaño quedó diezmado. «Han matado a ocho y otras 18 han quedado malheridas y morirán en los próximos días. Estos pobres animales también necesitan protección», clamó. A su entender, los mastines y el cierre de los rebaños durante la noche ya no son suficientes. «No son animales para estar encerrados», censuró.

Rodeado de compañeros del sindicato UAGA, clamaban contra la política de protección del lobo. «Es una especie en expansión», y recordaron que «el plan de gestión no es eficaz porque nuestros animales siguen muriendo y no se ha considerado ninguna de nuestras aportaciones, dejando abandonado al sector», señalaron.

En la fiesta también estuvo la consejera de Agricultura. La alavesa Amaia Barredo insistió en el deseo del Gobierno vasco de sacar al lobo del listado de especies silvestres en régimen de protección especial (Lespre). «Hemos venido a apoyar a las explotaciones afectadas por los últimos ataques de lobo», afirmó antes de recordar la petición que trasladó hace unos días al ministro del ramo, Luis Planas.

Pese a todo, la jornada estuvo presidida por la fiesta. Carlos Cuadra y María Teresa Mendivil acuden al Artzai Eguna todos los años desde que se celebra. Llevan su ganado desde Belandia (Orduña). «Estamos jubilados, pero seguimos atendiendo a los animales, aunque también por allí anda el lobo», explicaron.

La exposición de ganado mostró los mejores ejemplares de producción lechera de Álava. Destacó el trabajo de Larrabe, en Agiñiga; Zabaleta, en Muniain y Josu Ruiz de Zárate, de Abecia. También hubo una exposición de sasi-ardi, «una oveja más rústica y acostumbrada al monte» que trajo Teresa Andrés desde Cárcamo. En el concurso de ganado triunfó Felipe Menoyo, de Amurrio, que se hizo con el primer premio en la categoría de ovejas y corderas. Florencia Urruela, oriunda del mismo municipio, también fue galardonada por sus espectaculares carneros.

La plaza Juan de Urrutia fue un festín de queso, que se pudo degustar en media docena de puestos. El ganador del concurso profesional fue Patxi López de Uralde (Barrundia) y el premio del público fue para la quesería Larrabe. La jornada estuvo aderezada por el guiso de oveja que preparó la Federación Sociedades Gastronómicas Álava, Boilur, con más de 700 raciones y José Ramón Agiriano fue el maestro de ceremonias en la demostración de elaboración de queso. Repartió cientos de cuñas junto a Gorka Asurmendi, de la quesería Azkarra, de Galarreta.

Uno de lo mayores atractivos fue la demostración de esquileo de Ainara Gotxi, con las tijeras, y Mikel Velasco, con la máquina eléctrica, que dejaron boquiabierto al público con su destreza para quitar lana. Un producto que aprovecha la llodiana Marian Mayo, una de las últimas artesanas que siguen elaborando calcetines, chalecos y 'mendigoizales' con este material, «para el que no hay relevo», confesó.