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El Museo Santxotena de Artziniega abre desde hoy las puertas al mundo de la infancia de par en par. Cualquiera que entre por la puerta, se reconocerá en alguna de las muñecas que se exponen en su interior; las de porcelana, de trapo, Nacys, Barbies, Barriguitas...Cada una de una época, hay un recuerdo asociado a cada una de ellas -más de mil-, que se pueden ver en a extensa exposición que al mismo tiempo, mantiene abierta la muestra permanente de escultura de Xabier Santxotena.
Las muñecas forman parte de la colección personal de Teresa Lafragua, esposa del escultor, que empezó a coleccionarlas partiendo de su muestra de belenes. Primero fueron las que llevaban trajes regionales. Ahora, la muestra sigue ampliándose. «La más antigua es una de finales del siglo XIX, un muñeco de cartón piedra con faldón azul de los que tenía la gente rica, con ojos de cristal», explica Lafragua. La sección de muñecas de porcelana merece una ojeada. «A finales del siglo XIX les pintaban los ojos, y les hacían la boca abierta». Algunas llevan vestidos primorosos de encaje y seguramente, nunca se usaron para jugar.
No pasó lo mismo con las Nancys. «Con ellas, y su colección de vestidos se pude ver la evolución de la moda, asegura Lafragua». Entre las Nancys conserva con cariño la de su propia comunión «que era articulada y se quedó durante años encima de la cama de la casa de mi madre». Lafragua recuerda entre las muñecas de su infancia otras más sencillas, «como la que le dieron a mi madre con el jabón Elena que gastaba para lavar», señaló.
En la exposición, que estará abierta hasta el 17 de septiembre los sábados de once a dos y de cuatro y media a siete y media y los domingos de once a dos, también se pueden encontrar juguetes de hace setenta o ochenta años; coches convertibles, cunas y sillas de paseo en las que las muñecas se sienten como en casa. Incluso una sección dedicada al mundo del circo con payasos y arlequines.
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