Malestar en Amurrio por el cambio de nombre del colegio Lucas Rey por Mendiko Eskola

Un grupo de personas mayores de la localidad ha iniciado una recogida simbólica de firmas para hacer llegar al Ayuntamiento su malestar por esta decisión, que han calificado de «desatino». Incluso han recordado que ya hubo un intento anterior de hacer un cambio similar pero «fue la Corporación, presidida por Pablo Isasi quien lo impidió». Uno de los firmantes de la protesta, Alfredo Cerrillo, señaló que «Lucas Rey era una persona muy querida y solo hay palabras de gratitud para él en el pueblo».

El colegio debe su nombre a un maestro que desarrolló su labor docente en Amurrio entre 1893 y 1934, según recoge el libro 'Amurrio 1900 - 1950. Un paseo por el pueblo de nuestros abuelos a través de la fotografía' de la asociación etnográfica Aztarna. En uno de sus capítulos señala que «creó una cantina escolar para que los niños y niñas de los alrededores del pueblo no tuviesen que desplazarse a la hora de comer a casa. Dicho comedor estuvo en el sótano de la escuela y durante muchos años fue regentada por 'la padurera'. Esta mujer cocinaba unos grandes pucheros de alubias con tocino, arroz y patatas». El mismo maestro promovió «el día del árbol; lo que supuso que los paseos de Amurrio contasen con un nuevo arbolado plantado por los alumnos. Se instaló dentro de la escuela una modesta biblioteca y se crearon cartillas de ahorro escolar entre los chavales». También fue concejal e incluso llegó a ejercer como alcalde durante dos meses en 1924 tras la renuncia de tres concejales.

Alfredo Cerrillo recuerda que «debía tener más de un centenar de criaturas a su cargo e ideó un sistema para que los mayores, que ya sabían leer y hacer las cuentas, enseñaran a los más pequeños». Suya fue también la iniciativa de construir una escuela que finalmente terminó se terminó convirtiendo en el Ayuntamiento.

En el curso 1996-97 Lucas Rey incorporó al colegio Matías de Landaburu, que nació como escuela de niñas en 1936. El centro debía su nombre al homenaje que se rindió al primer alcalde, cuando Amurrio constituyó su Ayuntamiento, en 1841. Aunque todo estaba previsto para su inauguración, en 1936 «la cercanía del frente hizo improvisar un hospital de sangre en Amurrio. Este se situó en las nuevas escuelas de Matías Landaburu todavía sin estrenar. El hospital contaba con quirófanos, dos médicos, un practicante, cuatro enfermeras, una docena de camilleros y tres chóferes», recoge Aztarna en su libro.

El curso de la integración de ambos centros coincidió con la desaparición de la EGB y el comienzo de la ESO. El alumnado de la segunda etapa de EGB -a partir de 12 años- pasó al instituto Zaraobe, que empezó a impartir el primer ciclo de ESO y el resto, se trasladó al colegio Lucas Rey, según recoge Begoña Álava Mendieta en el artículo 'Escuela pública de Amurrio' de la revista Aztarna de julio de 2006.