Llodio no entrega las ayudas al transporte de ganado desde 2022

El colectivo afectado es pequeño, una media docena de criadores, y las cantidades que se adeudan tampoco son muy altas, pero llueve sobre mojado porque el cierre del matadero de Llodio les obliga a hacer largos desplazamientos en los que invierten tiempo, aumentan el coste y generan estrés a los animales.

Las ayudas se aprobaron en febrero de 2022 para mitigar los efectos del servicio de sacrificio llodiano. La reserva inicial era de 12.000 euros anuales aunque quedaba abierta la posibilidad de ampliar la partida en el supuesto de que la cuantía prevista no fuera suficiente para atender todas las solicitudes. En 2023 se volvieron a reservar otros 12.000 euros para sufragar los gastos de transporte a los mataderos de Zestoa, Villarcayo, Oñati, San Sebastián, Karrantza, Lakuntza, Miranda de Ebro, Haro, Santo Domingo de la Calzada y Santander, tras el cierre del de Llodio. Aunque las solicitudes se presentaron y se aprobaron, no se ha abonado todavía ninguno de los dos ejercicios. La convocatoria de 2024 no se ha llegado a publicar.

Lo que sí ha hecho el Ayuntamiento de Llodio es aprobar una subvención de 100.000 euros al proyecto Belardi que está desarrollando en Orduña la asociación Bedarbide desde hace años. La idea ha surgido de un grupo de ganaderos para poner en marcha un matadero multiespecie que ya está funcionado en el polígono de la Rondina.

Con la decisión de incorporarse al proyecto, el Ayuntamiento ha pagado ya 25.000 euros este año para que los ganaderos de Llodio puedan utilizar la instalación. Los pagos se seguirán haciendo a razón de 25.000 euros anuales hasta 2027. Eso dará derecho a los ganaderos llodianos a utilizar la instalación durante quince años en calidad de socios. El proyecto no solo incluye la posibilidad de sacrificar animales. También se plantea su transformación .

Algunos de los ganaderos llodianos han descartado incorporarse al proyecto «porque tiene poca capacidad y eso genera problemas de logística», señalaron. Mientras tanto, el matadero se ha convertido en un local ocupado en el que proliferan las pintadas, en el que se ha desmantelado toda la maquinaria que podría haberse reutilizado y respecto al que el Ayuntamiento no ha tomado aún una decisión de futuro.