Llodio despide a uno de sus grandes referentes culturales, José Luis Navarro Lecanda

Su última faceta, y una de las más conocidas, ha sido su trabajo como mayordomo (cargo que equivale a la presidencia) de la Cofradía del Señor Sant Roque, que asumió entre 2009 y 2023. Una intensa labor que fue reconocida en 2014 por la Diputación alavesa, con la entrega de la medalla de oro a la Cofradía por su defensa del patrimonio.

La llegada de Navarro a la presidencia de la Cofradía coincidió con uno de los momentos más convulsos del colectivo, que había evitado la participación de las mujeres en su comida anual (aunque no en el grupo) desde su fundación en 1599. Su llegada se produjo tras la dimisión del anterior mayordomo, Juanjo Salazar, por no alcanzar la mayoría del 75% para que las mujeres se pudieran sentar a la mesa. Aquel cisma se saldó finalmente con normalidad y sin mayores consecuencias en 2010 bajo su mandato cuando dos mujeres se sentaron a comer. Él fue uno de los principales impulsores del cambio de los estatutos.

Navarro se mantuvo en el puesto hasta el mes de marzo del año pasado, cuando la asamblea eligió a José Mari Castillo como nuevo mayordomo. Para entonces, ya había introducido cambios significativos en la trayectoria de la entidad y había logrado el aumento progresivo de la presencia de las mujeres en la actividad de la Cofradía.

Su papel como difusor cultural ha sido muy relevante. Desde la Cofradía impulsó en 2013 la exposición antológica 'Miradas encontradas', de pintores llodianos, y en 2018 otra experiencia con el nombre 'Miradas nuevas' con doce pintores locales contemporáneos con presencia mayoritariamente femenina.

Durante su mandato se ha publicado también el libro 'Joaquín Bárbara y Balza, pintor entre dos siglos' de Egoitz Bernaola Luxa en 2017 y la exposición monográfica sobre José Arrúe en 2022. A estos trabajos se añade otro libro publicado en 2020 con la biografía del militar republicano llodiano Juan Ibarrola y varios conciertos de música clásica.

Su militancia le ha llevado también a tener una activa vida política como miembro del PCE, Euskadiko Eskerra y posteriormente, en el PSE, partido del que ha formado parte como candidato en varias ocasiones. Su actividad política le llevó al exilio en Francia y Bélgica durante varios años durante el franquismo. Su formación como ingeniero, le permitió incoporarse a su regreso en la plantilla de Aceros de Llodio, pero tras el cierre de la empresa, en 1992, tuvo que seguir trabajando en acerías de Méjico y Cuba. Por su trabajo, conoció muy de cerca los efectos del amianto en la salud y también fue muy activo en la creación de un fondo para indemnizar a las víctimas.

Su funeral se celebrará mañana martes a las siete de la tarde en la parroquia de San Pedro de Lamuza.