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La prueba de carga realizada ayer en el puente de Goikoplaza sobre el arroyo San Juan resultó satisfactoria. Después de que varios camiones de gran tonelaje estacionaran sobre el nuevo paso cargados y permanecieran en él durante casi las dos horas que duró la prueba, ... la resistencia de la plataforma está garantizada. La Agencia Vasca del Agua, URA, se ha encargado de las obras y su director, Antonio Aiz, avanzó ayer que «abriremos el puente al tráfico el próximo fin de semana, el jueves o viernes seguramente». De esa forma, se podrá recuperar la circulación por una de las principales arterias de la localidad que al estar cerrada, obligaba a circular en este tramo por la Avenida Zumalakarregi. A la pasarela solo le quedan por colocar las barandillas de protección «que llegarán el martes de la próxima semana», avanzó Aiz.
En lo que respecta a la nueva urbanización que se ha construido a ambos lados del tramo final del arroyo, apenas le quedan algunos remates. «Faltan plantaciones, terminar la jardinería y pintar el parking», adelantó el director de URA, que confía en poder completar toda la intervención «a principios de febrero». A partir de entonces, quedará por decidir el nombre de la nueva calle peatonal que comunicará Zumalakarregi con Goikoplaza.
A principios de febrero quedarán también rematadas las conexiones de los servicios de telefonía y fibra óptica que deben discurrir por las canalizaciones habilitadas en el interior del puente, pero que no interrumpirán el trafico. Precisamente el desvío de este tipo de servicios es lo que han retrasado la obra respecto a los plazos previstos, que arrancaron en mayo y estaba previsto terminar en noviembre.
Aiz señaló que «esta intervención nos dará más tranquilidad en este entorno, donde ya hace un año, se desbordó el arroyo. El nuevo encauzamiento servirá para mejorar su capacidad hidráulica», adelantó.
inversión
En todo caso, una vez terminado el encauzamiento, Llodio podrá desarrollar el planeamiento urbano previsto para esta zona, que incluye la construcción de dos nuevos edificios. Uno en la esquina entre las calles Baias y Gokoplaza de carácter privado, que tendrá 19 pisos con siete alturas en la zona que mira al río y cinco en la trasera, y otro de carácter público en el antiguo aparcamiento de Odeibar con otras 37 viviendas.
El final de la obra del arroyo San Juan se ha encadenado con el inicio del encauzamiento del Nervión. «Ya están las máquinas trabajando para acondicionar los accesos al río en Bitorika», explicó Aiz. A partir de ahora, Llodio tendrá diecisiete meses de obras en las que está previsto excavar una profundidad de un metro a lo largo de un kilómetro y medio en el lecho del río para aumentar su capacidad de desagüe. Cuando acabe la obra, el cauce tendrá capacidad para un caudal estimado de 438 metros cúbicos por segundo, el equivalente a las riadas que se producen cada cien años. La intervención afectará a todo el casco urbano hasta el puente de la calle Baias.
tranquilidad
El río Nervión en Llodio se encauzó en la década de los 90, pero en 1998, el Plan Integral de Prevención contra Inundaciones del País Vasco determinó que Llodio seguía estando en zona indudable pese a las obras y que debía ampliarse su capacidad para proteger a las viviendas cercanas.
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