El llodiano Jabier Herrero gana el certamen artístico de Amurrio con una reflexión sobre el trabajo de Oteiza

El formato de su obra es un libro de quince cuadernillos que el jurado, integrado por Enrique Martínez, conservador de exposiciones del Artium; Erika Barahona, directora del departamento de fotografía del Guggenheim y Natxo Rodríguez, profesor de Bellas Artes de la UPV, ha destacado por «la utilización del collage de texturas y formas planas en superposición a imágenes fotográficas, en un formato serializado, asociado al fotolibro, de fuerte impacto en la cultura visual contemporánea».

El autor se mostró ayer muy satisfecho con el premio, especialmente ahora, «cuando tiene más mérito teniendo en cuenta la situación en la que se encuentra la cultura». Pese a la parálisis del sector, Herrero está embarcado estos días en una exposición de su obra gráfica en la localidad croata de Slipt.

El ganador recibirá esta tarde los 4.000 euros del premio, durante la inauguración de la exposición de los trabajos ganadores, seleccionados entre las 102 obras presentadas al certamen, que se hará a puerta cerrada. La muestra estará abierta en La Casona hasta el próximo 23 de octubre.

El segundo premio, dotado con 1.500 euros, ha sido para la vitoriana Miriam Isasi, por la escultura 'Conservas pre-apocalípticas. Destilado nº3 Psilocybe semilanceata'. Su trabajo «aúna el lenguaje contemporáneo de la escultura con evocaciones al conocimiento científico, la investigación o el laboratorio, junto con el conocimiento popular con origen en las creencias, los mitos, y el uso de hierbas, hongos y destilados en el camino de la experiencia y el conocimiento».

El premio local de mil euros se lo ha llevado Zigor Urrutia, con 'Babel 01', una imagen en 3D sobre un soporte de aluminio. En la imagen, destaca sobre el paisaje «una columna vertical 3D que desde una aproximación distópica, habla de la transformación de lo que entendemos por nuestra realidad y su capacidad de cambio, de la existencia de mundos posibles, del acceso a través de la tecnología a lugares sin nombrar, quizás, poco más que una ilusión».