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El músicO llodiano Ibai Adrián se ha estrenado esta semana como solista de trombón de varas en el concierto que ofreció el viernes el conservatorio Juan Crisóstomo Arriaga en Bilbao. Interpretó 'Concertino para Trombón y Orquesta Sinfónica de E. Sachse, «una obra que elegido ... yo porque me gusta mucho, exige mucha paciencia y la he ensayado durante un año», explicó. Se trata de una pieza «bastante virtuosa, con tres movimientos. El primero y el último son bastante rápidos y exigen dominio del instrumento y el segundo es más lento. Es como una prueba de resistencia», añadió el joven, de dieciocho años.
Adrián procede de una familia de músicos de la localidad burgalesa de Lerma. Su bisabuelo tocaba la trompeta, como su abuelo y uno de sus tíos. Su padre, saxofonista, ha cumplido ya las bodas de plata al frente de la banda de Llodio. El más joven de la saga inició su formación en la escuela de la Agrupación Musical San Roque y está a punto de terminar el ciclo de grado medio, después de seis cursos en los que ha sido seleccionado para formar parte de la EIO Orkestra (Orquesta del Alumnado de Euskadi) con la que ha realizado giras por Inglaterra y Euskadi. «No es fácil entrar en este tipo de orquestas porque hay que hacer pruebas cada año para que te seleccionen primero y para mantenerte en ellas después», asegura. En su trayectoria, y pese a su juventud, incluye ya su colaboración en varios conciertos con la Banda Municipal de Bilbao y su participación en el Ensemble de Metales del Conservatorio de Bilbao.
Su selección como solista para el concierto de esta semana se deriva de las pruebas de fin de curso que pasa todo el alumnado del Conservatorio al terminar su ciclo de estudios, cuando llegan a sexto. Al tiempo que preparaba esta actuación, tiene a la vista en los próximos días las pruebas para el ciclo superior de Música, que quiere continuar en Barcelona o Pamplona durante los próximos cuatro años. «Me apetece mucho ir a Barcelona porque hemos tenido unas jornadas de puertas abiertas y el profesorado que he encontrado allí, me parece muy interesante», explicó.
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Adrián espera dedicarse a la música como profesional. «Me encantaría tocar en la Orquesta Sinfónica de Euskadi después de estar tocando en la de estudiantes. Me gustan mucho sus conciertos, cómo interpretan», pero tampoco descarta dedicarse a la enseñanza. Para lograr sus objetivos más inmediatos, ensaya todos los días alrededor de cuatro horas para pulir todos los detalles de las obras a las que se enfrenta, eso, sin olvidar la teoría. «En Barcelona, supone la mitad de la nota de la prueba de acceso», añade.
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