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El personal de enfermería de la residencia San Roque de Llodio se queda sin vacaciones. Son seis personas, y dos de ellas, tienen reducción de jornada. «No nos dejan coger vacaciones porque dicen que no hay enfermeras para sustituirnos y nos tenemos que arreglar entre ... nosotras, pero eso supone que en algunos momentos, la residencia se quede sin servicio», explica una portavoz de las afectadas.
La situación se arrastra desde la segunda quincena de mayo, «cuando ya nos dijeron que no había personal para sustituir las bajas. Tampoco se ha contratado a nadie para cubrir las cuatro horas de una de las personas que ha pedido reducción de jornada», aclaran las afectadas.
La residencia San Roque atiende a cincuenta personas dependientes, «la mayoría de grado tres, el máximo», que exigen «curas, consultas, la toma de constantes, atender ingresos y a las familias», señalan. En las condiciones actuales, dos enfermeras atienden el turno de mañana, una el de tarde y otra el de noche. «Por la mañana es cuando se concentra la mayor parte del trabajo, porque hay que hacer las curas».
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La falta de personal de sustitución lleva al colectivo a una «enorme inseguridad porque a partir del día 12 de este mes, se deniegan todas las vacaciones. Tenemos una sobrecarga de trabajo enorme con la pandemia y no nos dejan descansar», argumentan.
Esta situación afecta directamente a las familias. «Tienen todo nuestro apoyo porque si ellas están en malas condiciones, el servicio no puede ser óptimo. Además, otros años, había personas que se iban unos días con sus familias de vacaciones, pero hoy no es el caso y no dan abasto», señala su portavoz, María Jesús Urraza.
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Si se aplica la fórmula que les ha propuesto la Diputación, titular del servicio, de cubrir las vacaciones entre ellas, «habría turnos sin enfermería y los usuarios tienen un alto grado de dependencia», asegura Urraza. La situación no es nueva para las familias. «Todos los años ocurre lo mismo cuando llega el verano. Otras veces ha sido con el personal auxiliar, ahora con enfermería. Con las que hay, ¿a cuál van a quitar?. ¿A una de mañana y van a dejar a una sola persona que haga las curas de los 50 residentes?. No puede ser. Es de justicia que tengan vacaciones», insiste. Se trata de personas mayores que tienen escaras, o padecen diabetes y las familias reclaman que «busquen personal para sustituirlas y puedan disfrutar de las vacaciones después de lo que han pasado durante la pandemia».
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