El encanto de descubrir Ayala en motocicleta

El grupo se reunió a finales de diciembre para compartir añoranzas y trazar las líneas de lo que será su proyecto en el futuro. «Queremos hacer una ruta en primavera por todo el valle. Que salga desde Llodio y pase por Okondo, Respaldiza, los Arcos de Quejana, donde haremos un alto antes de ir a visitar Maroño y después, pasaremos por la zona de Agiñiga para llegar a Belandia y salir por Orduña. Es un recorrido precioso», destaca Benito Llano, uno de los impulsores de la iniciativa.

Ya se han constituido como grupo bajo el nombre de Moteros de Ayala. «Puede formar parte del grupo gente de cualquier edad y con cualquier tipo de moto», abundan los motociclistas. El objetivo es solo uno: disfrutar, quemar kilómetros de asfalto y dar a conocer la comarca.

La primera gran cita la han programado para mayo y junio y será una puesta de largo a la que «vamos a invitar a grupos de moteros de los alrededores, tanto de Álava como de Bizkaia y también de hasta unos cien kilómetros a la redonda para que vengan porque están cerca y muchas veces desconocen esta zona», apunta Adolfo Guerrero, otro de los impulsores del proyecto. Las quedadas de este tipo «se suelen celebrar en domingo» y, a falta de fijar la fecha definitiva, el recorrido coincidirá con ese día.

La participación en la marcha tendrá un premio testimonial porque esperan contar con la colaboración de empresas y comercios locales para repartir regalos entre los asistentes «que vendrán a pasar el día porque es un viaje cómodo, añade Llano.

Las quedadas de este tipo sirven además para compartir recuerdos, experiencias y seguir poniendo a prueba sus vehículos. Habrá momentos para recordar las pruebas de motocross en el circuito de Arraño -para la que «venía gente hasta de Barcelona», recuerdan los nostálgicos- o los triales en la zona de Letziaga, que más tarde se extendieron a Lendoño, Amurrio e incluso, Miravalles. Más reciente es la conocida como la ruta del jabalí, que protagonizaron nueve aficionados en 1999 que se propusieron llegar a Santiago de Compostela desde Llodio guiándose con mapas del Ejército para hacer el recorrido monte a través.