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El departamento de carreteras de la Diputación alavesa realizará esta primavera «una auscultación de los taludes para conocer el estado de fragmentación de la roca y determinar la profundidad del saneo que vamos a hacer. Es en esos momentos donde se determinará el mejor sistema, ... si poner mallas u otra solución», explicó ayer el diputado Carlos Ibarlucea en las Juntas Generales. Las explicaciones llegaron tras la pregunta de Elkarrekin Podemos, que trasladaba la preocupación de personas que viven en la zona alta del puerto de Orduña, en Burgos, pero que hacen vida en el valle alavés de Ayala. Este tramo del puerto, situado cerca de la 'curva de los gallegos' conocida por un accidente mortal que se produjo allí hace años, es competencia de la Diputación alavesa.
Los usuarios de este tramo trasladaron su preocupación a principios de febrero a través de EL CORREO por los continuos desprendimientos de roca que hay en la zona, lo que les hace temer por sus vidas, ya que usan la carretera a diario y en ocasiones, hasta dos veces al día. «Los aludes de nieve y los desprendimientos se producen siempre en el mismo sitio», situado muy cerca de la cumbre del puerto, señalan.
Ibarlucea explicó que se trata de «una cuestión técnica» motivada porque en el kilómetro y medio donde se producen los desprendimientos, la roca está expuesta a los agentes meteorológicos, que dan problemas sobre todo en invierno por las heladas y la rotura de las rocas. La zona carece de vegetación y a menudo la roca se fragmenta antes de rodar por la ladera para terminar cayendo a la carretera. Ibarlucea aseguró ayer que «entre 2011 y 2022 se han producido 29 accidentes en esta zona, solo cuatro de ellos por coches con obstáculos en la vía y todos se saldaron sin heridos graves». El diputado aseguró que «se están tomando las medidas preventivas» como vigilar el estado de la vía, limpiarla cuando es necesario o colocar señalización que advierte de los desprendimientos. Sin embargo, no se comprometió a asegurar que las mallas protectoras colocadas en la ladera donde se producen los desprendimientos, sean la solución, como reclaman los usuarios de la vía.
La mejora de este tramo incluye la ampliación de la plataforma, pero está contemplada en el periodo 2025-2027. A las quejas por el desprendimiento de las piedras, los usuarios han añadido el mal estado de los muros de contención en la zona afectada por los desprendimientos. «Están agujereados. De vez en cuando, los reparan de forma superficial, pero por la parte trasera, se ve que parecen papel de fumar. Si alguien choca contra esa protección, cae por la pendiente, seguro», añadió Oihane Garro, una de las usuarias que pasa a diario este tramo.
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