La desaparición de la plazuela de la iglesia abre el debate en Llodio

A los pies del pórtico de la iglesia se localiza el antiguo cementerio, cubierto por enormes losas de piedra. En la plazuela hay ocho árboles que desaparecerán para crear un espacio diáfano en el que se colocarán seis jardineras similares a las de la Herriko Plaza y una fuente monumental que se mantendrá en esa zona.

El abogado Txema Urkijo y el exdirector de la banda, Kepa Adrián, se muestran en desacuerdo con el proyecto, al menos en lo que se refiere a los árboles. «No es tan difícil evitar su tala». A su juicio, el cambio de este entorno es tan drástico que constituye «una pérdida de patrimonio». El historiador Felipe Sarralde asegura que «si talan los tilos, en su lugar pondrán tiestos con arbolitos sobre un patio y la plazuela de la iglesia dejará de ser el acogedor entorno actual».

Otro historiador local, Juan Carlos Navarro, opina que los árboles podrían ser los que se plantaron en 1877, pero «están muy deteriorados por dentro, sus raíces crean problemas en el subsuelo y me parece razonable que se sustituyan por otros que tengan una larga vida». Mientras, el etnógrafo Félix Mugurutza apuesta por el cambio. «Van a cambiar nuestros recuerdos, nuestras vivencias, y eso siempre perturba, pero todo en esta vida es dinámico». También hay voces que lamentan la pérdida de esta 'isla' frente a las olas de calor.

Los baserritarras, por su parte, que tienen un espacio reservado en la nueva plaza, también prefieren su ubicación actual. «Estamos mejor en Aldai».