Cosecha 48 homenajea al grupo de cerámica de Llodio

Jon Gallastegi repasó la trayectoria del grupo y Blanca Gómez de Segura, directora del Museo de Cerámica de Ollerías, muy vinculada Llodio que porque ella ha sido la encargada de reproducir las tradicionales jarras de la comida de la Cofradía, también estuvo presente para recordar que «vivimos un momento difícil para difundir la cultura, que es lo que nos va a salvar». Gómez de Segura también recibió un diploma de manos de Larra Bustingintza por su contribución a la cerámica vasca que entregó Adolfo Guerrero. Por su parte, Carmelo Serrano, que recibió el homenaje en nombre del grupo, avanzó su intención de recuperar la actividad «en cuanto sea posible».

Durante el acto, se recordó al fallecido Marciano Barbero, que fue quien lideró la oficialización del grupo después de que la Asociación de Familias de Llodio comprobara el éxito de un curso que se desarrolló en 1979 en el que participaron decenas de personas. Aquella iniciativa se enmarcó en el movimiento de arte vasco que surgió alrededor de Oteiza, Chillida, Ibarrola y Basterretxea entre otros.

A raíz de aquel movimiento se puso en marcha la creación del taller, que tuvo que superar algunas dificultades por la negativa foral a financiar con fondos públicos su puesta en marcha, pero aglutinó a figuras locales como Javier Moreno -actualmente profesor de Bellas Artes en la UPV-, la arteterapeuta Susana Corbella y el fallecido Fontso Isasi entre otros.

La iniciativa fraguó y a día de hoy sigue viva. En julio de 2017 el taller se quedó sin horno donde cocer sus creaciones. Sin esta herramienta, el taller ha superado las dificultades que se han ido planteando y su actividad se vio mermada de nuevo desde la primavera del año pasado con el desalojo de la Casa de Cultura para realizar las obras de rehabilitación del edificio. Larra Bustingintza espera la reapertura del complejo de Lamuza para retomar la actividad dado que el Ayuntamiento ya cuenta con un nuevo horno que se colocará cuando acaben las obras.