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Las obras para la sustitución de la cubierta del colegio Latiorro están previstas para este verano, según ha adelantado el departamento de Educación del Gobierno vasco, que invertirá más de 800.000 euros en la obra. El proceso de licitación aún no ha comenzado, ... pero el proyecto ya está terminado y cuenta con licencia de obras. La elección de la fecha coincide con el periodo de vacaciones para ahorrar molestias a la comunidad escolar.
La retirada de este material ha sido un quebradero de cabeza desde 2016, cuando se denunció su existencia por parte del padre de una alumna que pidió su retirada. El colegio se construyó en 1972 para dar respuesta a la enorme demanda de centros educativos que tenía entonces Llodio fruto de su industrialización. La prioridad entonces, era terminar el edificio cuando antes y la colocación de uralita parecía una solución idónea que se aplicó a los dos centros que integran el colegio, Ortega y Gasset y Menéndez Pidal.
Con el paso del tiempo y el deterioro de los edificios, en el año 2001 se abordó una remodelación que cubrió los tejados con chapas metálicas de color verde. Aquella intervención no eliminó la uralita del tejado. De hecho, quedó a la vista en varios lugares de paso.
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estudio
En el año 2013, el Ayuntamiento de Llodio encargó un estudio a una empresa especializada que detectó amianto en varios edificios públicos y centros escolares. En algunos de ellos ya se ha intervenido para retirar este material. En el colegio de Areta y en el edificio de preescolar de la ikastola se ha intervenido en ese sentido para retirar amianto de los pilares de ambos centros, lo mismo que en una caseta situada junto a los vestuarios del campo de fútbol de San Martín.
Las intervenciones realizadas hasta ahora, también han retirado este material de varios puntos del propio colegio Latiorro, donde se encontraba en las jardineras y en varias zonas de paso. En la casa de Cultura, el horno que usaba el grupo de cerámica Larra Bustingintza desapreció en 2017 por el mismo motivo.
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El estudio señalaba la posible presencia de amianto en las tuberías del colegio Lamuza, donde hace años se retiró la cubierta de uralita. Otros centros como Gregorio Marañón de Ugarte, que alberga los ciclos de FP del instituto podrían tener también amianto en viejas tuberías. El informe encargado por el Ayuntamiento considera que en riego es «bajo» o «muy bajo» en la mayor parte de los centros escolares, a no ser que se manipulen las fibras, que están contendidas en cubiertas y aislamientos.
La brigada municipal de obras sí ha mostrado en varias ocasiones su preocupación por este material, dado que una persona que trabajó en este equipo falleció como consecuencia de su contacto con el asbesto y el Ayuntamiento tuvo que indemnizar a sus familia. Posteriormente, otro operario ha desarrollado una enfermedad relacionada con el amianto.
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