«Desde una banda también se hace música de calidad»

Dejó muy claro desde el primer momento que su lugar era la peana y que su instrumento era la batuta. Segura de sí misma, pese a ser su primer concierto como directora, «no estaba nerviosa. Es como si ese fuera mi sitio», explicó con sencillez. El primer contacto del público Llodio no con la nueva directora fue cálido, recibió innumerables felicitaciones y tuvo que posar durante un rato con las personas que se acercaron a saludar.

Sandra Veiga es una orduñesa de 27 años que ya había tenido contacto con la banda de Llodio. «Empecé con el txistu y después, toqué el clarinete, pero en un momento dado, decidí estudiar dirección y me fui a Valencia». Lleva la música en las venas. «Desde que era una cría me quedaba embobada viendo a la banda de mi pueblo, que es una ciudad muy musical, pero no he tenido vínculos familiares con la música. Empecé a tocar en bandas, orquestas, agrupaciones y siempre me parecía que quería más», explica. A eso se une lo que disfruta cuando la música se hace en grupo. «Me gusta», insiste.

Su llegada a la banda de Llodio ha coincidido con la dimisión de su director durante las tres últimas décadas, Kepa Adrián, que anunció su gran tirada en agosto. «Me sorprendió que se marchara y estuve pensando sin decirles algo o no, pero al final me lo ofrecieron y dije que sí».

La elección del repertorio de su primer concierto ha sido una selección de temas vascos y avanza que «mi intención es seguir en esa línea de música de calidad porque además, las bandas son muy versátiles. Me gustaría sobre todo interpretar música escrita para bandas, reivindicar ese tipo de partituras». Es lo que ocurrió con la obertura Euskal-erria de J. Franco y 'Estampas vascas' de Rodrigo de Santiago, piezas con las que el público disfrutó de lo lindo el domingo.

Desde que acabó su primer concierto, Veiga está inmersa en la preparación del siguiente concierto, a finales de febrero. Estará relacionado con el Carnaval y es habitual que en estas fechas, los músicos se disfracen para ofrecer su actuación. Ella de momento, dedica horas al estudio de las partituras porque «ser directora exige muchas horas de estudio y de soledad. Luego, el resultado parece magia» dado que en realidad apenas tiene unas pocas horas para poder ensayar con todos los integrantes de la banda antes de volver a subir al escenario.