La asociación Aztarna pide que el colegio Lucas Rey de Amurrio mantenga el nombre

«Varios socios me transmitieron la idea de hacer una reunión específica sobre este tema, por lo que celebramos una asamblea extraordinaria para dar a conocer nuestra posición», explica Ramón Zurimendi, presidente de la asociación. Desde su punto de vista, que el maestro cuente con un libro, una calle y un busto en el pueblo no es razón suficiente para modificar el nombre del centro escolar. «La posición del claustro nos parece endeble, más un deseo de dar una nueva marca comercial a la escuela. Fue maestro y su nombre tiene que estar en la escuela», reclama Zurimendi, quien señala que ya hubo un intento anterior de cambiar el nombre de la escuela. La Corporación presidida por Pablo Isasi lo impidió.

Aztarna extiende su petición de proteger el legado de Lucas Rey a los agentes políticos. «Amurrio le debe mucho a la figura de Lucas Rey y, en lo que nos corresponde como institución, su calle no va a cambiar de nombre y su busto continuará en la portada del ayuntamiento, donde estuvieron las antiguas escuelas», explica Josune Irabien, alcaldesa de Amurrio, a EL CORREO. La edil recuerda que Lucas Rey trabajó duramente para que el municipio contara con su propia escuela, pero señala que la propuesta parte de la comunidad educativa del centro. «Como institución en el Ayuntamiento no podemos intervenir en la decisión que han tomado. A veces vivimos tan deprisa que no reflexionamos sobre el legado de quienes estuvieron antes que nosotros pero, si han decidido cambiar el nombre, nosotros debemos reforzar la figura de Lucas Rey para que no desaparezca», defiende.

La alcaldesa reitera que, cuando se reanude el curso escolar, el Consistorio hará llegar al centro todas las quejas recibidas por esta cuestión durante el verano. «Es la comunidad educativa quien debe explicar sus motivos», insiste. Por el momento el consejo escolar y el Ayuntamiento han ratificado la modificación del nombre, que podría aplicarse el próximo curso si el Gobierno vasco la aprueba en las próximas semanas, aunque también podría atrasarse al curso 2021/2022.

Alfredo Cerrillo, miembro del Club Ciclista de Amurrio –el Museo de la Bicicleta lleva su nombre–, es uno de los impulsores de la recogida de firmas que estos días se lleva a cabo en la localidad. El viernes, por ejemplo, se instalaron en el paseo, y han depositado impresos en bares para sumar apoyos a la causa.

«Empezamos buscando firmas que únicamente correspondieran a gente mayor o representativa que hubiera tenido una relación directa con el maestro, exalumnos de don Lucas. Pero la cuestión ha suscitado un gran interés, incluso vienen a casa para preguntarme dónde pueden firmar», explica Cerrillo, quien califica como «una barbaridad» el cambio de nombre.

«No se ha sabido valorar lo suficiente a un hombre que fue extraordinario en su día, en tiempos complicados y de miseria, y se involucró en todo tipo de labores en el pueblo», añade. Lucas Rey creó una cantina escolar para que los niños no tuvieran que ir a comer a casa, puso en marcha cartillas de ahorro escolar para los jóvenes e ideó el Día del árbol para que los alumnos de Amurrio plantasen nuevos ejemplares. Impulsó la creación de una escuela y, además, puso en marcha un sistema para que los mayores, que ya sabían leer y hacer cuentas, ayudaran a los más pequeños.