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La mayoría de los ayuntamientos sigue diferenciando en la prestación de algunos servicios entre las personas empadronadas y las que no lo están, sobre todo en lo que se refiere al uso de las instalaciones deportivas. Es habitual que las personas que viven fuera tengan ... que asumir un recargo económico importante. Para hacer frente a esa situación, algunos municipios como Artziniega pagaban a sus vecinos la diferencia entre las cuotas de los empadronados y los que no lo están a la hora de usar canchas o piscinas de otros pueblos. Pero el Ayuntamiento de EH Bildu ha dicho basta.
Desde este año, «dejaremos de abonar la diferencia del coste del servicio de las personas empadronadas en Artziniega que hacen uso durante el año del polideportivo municipal y piscinas de Sodupe», ha explicado el alcalde, Joseba Vivanco, que ha recomendado a la treintena de vecinos que está en esta situación que «reclamen ante el Ayuntamiento de Güeñes el cobro de un precio igual» al de sus residentes.
La razón de esa decisión está en los dictámenes que desde 2023 declararan improcedente esta diferenciación. Artziniega ya ha advertido que «acabamos de modificar las ordenanzas» para evitar este tipo de distinciones.
La primera sentencia que eliminó esta discriminación la dictó el Tribunal Supremo en julio de 2023. «Un Ayuntamiento no puede establecer diferencias cuantitativas en una tasa por la utilización de frontones, piscinas o recintos deportivos municipales, atendiendo a que los usuarios estén o no empadronados en el pueblo, al no erigirse el empadronamiento, en este caso, en un criterio razonable y objetivo a los efectos de justificar aquellas», señalaba.
La doctrina legal no ha hecho efecto aún en la mayoría de los consistorios, que siguen cobrando recargos en el uso de las instalaciones deportivas a las personas que llegan desde otras localidades. Llodio por ejemplo, cobra «un recargo del 25% sobre las tarifas oficiales» a los usuarios no empadronadas por el uso de las instalaciones deportivas. Este sobrecoste se seguirá aplicando este año a los abonos y los cursillos, pero en los alquileres de las canchas y los frontones y en el precio de las entradas diarias no se harán distinciones.
Amurrio llega a pedir en algunos abonos y entradas un recargo del 60% a los que no residen en la localidad. En Ayala, el precio que cobran a los no residentes suele ser el doble de la tarifa habitual en las piscinas de verano. En el caso de los cursos y talleres que organiza el área de Cultura, se prioriza a los empadronados a la hora de ofrecer las plazas disponibles. El mismo ayuntamiento, como ha hecho el de Artziniega, ofrece ayudas para las clases de música y danza que no se ofrecen en la localidad y para pagar las cuotas de socios en los polideportivos vascos.
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