Amurrio reivindica el sector primario en la feria ganadera

Hablaba con conocimiento de causa porque proviene de familia ganadera, pero ha aprendido el oficio de carnicero con el tiempo y «aunque ahora no tengo carnicería, me gustaba engordar los novillos», explicó. Pero su vida no se limita a las vacas. Ayer llevó a la feria cabras y burros enanos que fueron una de las grandes atracciones de la jornada.

La situación del sector preocupa cada vez más a los ganaderos, y en Amurrio se pudo ver también. José Félix Aldama, de Lezama, que gestiona una ganadería de caballos de carne que se dedica sobre todo a la exportación a Italia y a la venta en la zona del Mediterráneo, lo explicaba con claridad. «Lo que más me preocupa es la transición energética porque parece que todo pasa por ocupar terreno fértil y productivo para poner placas solares. Las empresas que las quieren poner tienen dinero para pagar, mucho más que nosotros, pero eso no es cuidar el planeta. Sería mejor respetar lo que tenemos y utilizar suelos y tejados que ya están modificados por usos urbanos o industriales».

El último tramo de las fiestas de Amurrio que concluyen hoy, cambió ayer de escenario para trasladarse a San Roque, a cuya ermita volvió el santo. La comitiva pasó por delante de la exposición de ganado en la que se pudieron ver todo tipo de animales domésticos; vacas, bueyes, caballos de carne, pottokas, burros, cabras, ovejas y gallinas. El caserío al completo, y los mejores ejemplares de toda la zona de cada especie, según explicó Gotzon Mínguez, miembro de la organización que no perdió detalle para que todos los animales estuvieran cómodos.

La mañana estuvo amenizada por el concurso de aurresku y jotas y por la tarde, las calles del centro recuperaron la actividad festiva para concluir con el esperado desfile de carrozas de la noche, en las que las cuadrillas de Amurrio han estado trabajando durante semanas. El desfile estuvo precedido del concierto 'Mi Gran Noche' con versiones de canciones de los años 60 y 70.