Aitor Intxaurraga, el pintor de la luz, vuelve a Llodio

«Aquí, en Llodio, fue donde empecé a exponer, cuando tenía 19 años y estudiaba en La Salle, en una sala que tenía la Caja Laboral cerca del centro», recuerda. Aunque ha compatibilizado su trayectoria artística con un trabajo como operario en una empresa, «de fichar todos los días», no ha perdido esa capacidad de dejarse empapar por la luz que le atraviesa como un prisma para quedar impresa en sus lienzos.

Dio sus primeros pasos en la pintura de la mano del pintor vizcaíno Juan Bayón Salado cuyo padre fundó la mítica galería bilbaína Bay Sala. «Era mi vecino, y venía de París. Le visitaron los mejores pintores estatales Martínez Díaz, Garralda… Él me dio las pinturas y así comencé. Luego aprendí a trabajar en el estudio», explica.

Intxaurraga fue puliendo su estilo a base de práctica en el Museo de la Reproducción, con Manuel Balsa, y desde entonces ha protagonizado decenas de exposiciones en Madrid y Euskadi y premios entre los que destaca la selección en el IV Concurso Nacional de Pintura de la localidad burgalesa de Frías en 1993.

Uno de los atractivos de la exposición es que «voy a estar pintando allí». asegura. El horario de la exposición le obligará a estar durante muchas horas en la sala, «pero no sé estarme quieto, así que me llevaré el taller y seguiré pintando allí, probablemente la propia exposición y la gente que vaya a ver los cuadros, aunque igual huele un poco a aguarrás», aclara. Así que será una ocasión estupenda para ver al maestro en acción.