Un acuerdo sin despidos y con reducción de costes pone fin a la huelga histórica de Tubacex

Las bajas voluntarias, que habían sido el último escollo en la negociación y que habían provocado la ruptura de los contactos, quedaron resueltas con una nueva redacción. «La representación laboral asegura que el número de personas que tienen interés en volver a la empresa se compensa con el número de nuevas bajas voluntarias», según recoge el acuerdo. El pacto mejora las indemnizaciones a los trabajadores que opten por esa vía y se aumenta el plazo para solicitarlas hasta el 20 de octubre, lo mismo que las prejubilaciones -se estima que un total de 15 personas se acogerán a ellas- y las excedencias de cinco años, que se incentivan con 5.000 euros.

En cuanto a las condiciones salariales, se congelan hasta 2024 y las aportaciones a la EPSV se rebajarán del 4 al 1%. Además, la empresa se compromete a mantener el empleo y las inversiones hasta entonces.

El acuerdo prevé que la huelga se desconvoque cuando el pacto alcanzado sea ratificado por la plantilla, que empezará a celebrar asambleas a lo largo del día de hoy. Al mismo tiempo, se desactivarán los procesos judiciales abiertos por los despidos de 129 personas, que ya se han reincorporado a la plantilla tras la nulidad sentenciada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Todas las reacciones que se sucedieron coinciden en señalar que se trata de un acuerdo «positivo». El comité, a excepción de LAB, que aún no lo ha ratificado, explicó que «se consigue la retirada del recurso del ERE» y los ajustes son coyunturales. «Conlleva la eliminación de todos los despidos forzosos, garantía de empleo e inversiones hasta 2024 a cambio de ajustes delimitados en el tiempo», señalaron.

ELA, el sindicato mayoritario, apuntó «una evidente contradicción en la propuesta de incremento de jornada porque no la vemos compatible con presentar un ERTE», si bien se felicitó porque «las medidas son para los próximos tres años y a la finalización de los mismos, se recuperarán todos los derechos». Por su parte, CC OO puso en valor «la lucha de la plantilla» y consideró que las posturas que ha mantenido este sindicato «desde el inicio han sido determinantes para alcanzar este principio de acuerdo». LAB, sin embargo, apuntó al Gobierno vasco al entender que «es totalmente inaceptable que precisamente el Departamento de Trabajo y Empleo plantee aumentar la jornada en una empresa que ha querido despedir a trabajadores y que en el último año ha aplicado dos ERTE, argumentando falta de trabajo».

La empresa fue muy escueta aunque valoró «muy positivamente» el acuerdo porque «permite un ahorro de costes necesario para el futuro de las plantas», cuya continuidad había advertido que estaba en peligro.

La vicelehendakari del Gobierno vasco, Idoia Mendia, puso el acento en la necesidad de «un nuevo Estatuto de Trabajadores que, tras la última reforma laboral, recupere la negociación colectiva como mejor herramienta para proteger los derechos salariales y laborales y la viabilidad de empresas». Su departamento, que ha propiciado las cinco reuniones que han dado lugar al acuerdo, expresó su satisfacción con el texto porque «garantiza el mantenimiento del empleo y de las condiciones pactadas hasta la fecha».

La viceconsejera, Elena Pérez Barredo, destacó que «hemos conseguido alcanzar el punto de encuentro entre la dirección de Tubacex y el comité, una vía de solución que creemos que era muy esperada por ambas partes, pero sobre todo por las personas trabajadoras, por la industria auxiliar y por el conjunto de la ciudadanía de Aiaraldea».