En Vitoria

La autopsia preliminar no logra determinar de qué murió el indigente hallado el Día del Blusa

Por protocolo, la Ertzaintza informó al juzgado de guardia, Instrucción número 1, que se desplazó con una forense. Y según ha sabido este periódico de medios policiales y judiciales, «todas las hipótesis siguen abiertas» después de que la autopsia preliminar señalara el origen de la muerte como «indeterminado». Esa primera prueba sí apreció «una hemorragia cerebral con posterior parada cardíaca», pero no por qué se produjo la fatal sucesión.

Es decir, ese examen de urgencia no ha logrado dar con la causa de la defunción. Se espera que los facultativos del Servicio de Patología Forense de Vitoria desvelen los actuales interrogantes en la autopsia definitiva. Su resultado, sin embargo, se demorará unos días. Lo único seguro hasta ahora es que Instrucción número 1 mantiene abiertas «todas» las posibilidades. Desde causas naturales a un motivo violento.

La muerte de J. A. D. se certificó poco antes de las 19.30 horas, cuando la zona estaba repleta de cuadrillas de blusas, vitorianos y turistas. Uniformados de la Ertzaintza colocaron un biombo para que la comitiva judicial trabajara con mayor intimidad, lo que generó un reguero de rumores extendido por toda la ciudad.

Durante la inspección ocular no se localizó ningún objeto contundente. Tampoco manchas de sangre ni ningún otro posible indicio de violencia. Nada. El cuerpo sólo presentaba una pequeña marca en la sien. La costra indicaba no obstante que se trataba de una lesión antigua. Semanas atrás, este 'sin techo' incluido en el padrón social sufrió un atropello del que andaría recuperándose.

Otra clave que tiene escamados a los investigadores apunta a que ese mismo 25 de julio, sobre las 17.00 horas, la Policía Local actuó en ese mismo punto por una «pelea» entre dos indigentes. Uno era el ahora fallecido, cuyo cuerpo sigue en los bajos del Palacio de Justicia. Ninguno de los implicados presentaba heridas sangrantes. Nadie quiso denunciar. Ambos fueron identificados y los uniformados les dejaron marchar porque ambos querían «echar la siesta».

No es la primera ocasión en que la Justicia alavesa afronta un caso similar. Hace unos meses, el cadáver de otro 'sin techo' apareció en una nave okupada de un polígono industrial. Aunque el cuerpo fue encontrado en pésimas condiciones (llevaba muerto varios días), la autopsia descartó una causa violenta.