Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
El joven de 20 años que provocó una masiva movilización policial la tarde del miércoles ya conoce las consecuencias judiciales de su acto. La Ertzaintza tomó el edificio en que reside su novia y el hijo de ella tras una llamada de auxilio al ... 112. Este hombre amenazó de muerte a ambos, también provocó destrozos en el mobiliario de la vivienda con un cuchillo. Fue detenido en el parque de Molinuevo, en Vitoria, tras escapar del bloque.
En la mañana de este jueves ha sido trasladado al juzgado de guardia. Según ha sabido en exclusiva este periódico, ha aceptado su autoría en dos delitos de amenazas. Contra su compañera sentimental y contra el retoño de ella. A cambio de esta confesión, el castigo ha sido menor.
De esta manera, deberá cumplimentar un total de 84 jornadas de trabajos en favor de comunidad. Tampoco podrá comunicarse o acercarse a su pareja ni al hijo de ella en los próximos 20 días. Y, por último, se le prohíbe el porte o tenencia de armas por espacio de dos años y ocho meses. También correrá con los gastos del procedimiento judicial. El hecho de que sus amenazas no pasarán a un plano físico, así como su falta de antecedentes han jugado a su favor.
La tarde del miércoles, la calle Portal de Arriaga se llenó de uniformes y coches patrulla. Era la respuesta a una llamada de auxilio por un nuevo caso de violencia de género en la capital alavesa. Pero el sospechoso huyó antes de que aparecieran. En un primer momento, incluso se creyó que había raptado al pequeño.
La concentración policial provocó que más de un centenar de curiosos se apostaran frente a un llamativo bloque, en el barrio de Coronación, en Vitoria. Integrantes del PRI (Patrulla de Respuesta Inmediata de la Ertzaintza) sacaban sus arietes, escudos y mazas. Una vez colocados el verduguillo y el casco cogieron el ascensor hasta la última altura. Durante casi una hora, el edificio conocido por camuflar una planta de tratamiento de basuras mutó a avispero. Porque el aviso al 112 hablaba de gritos en una vivienda y de una amenaza con un cuchillo de un hombre a su pareja. Como nadie abría la puerta, se temió lo peor.
La alerta escaló de nivel. Turno para el PRI, unidad especializada en este tipo de situaciones. «¡Ay mi madre, fíjate qué material llevan. Se va a liar gorda!», comentó una señora a sus amigas al verles pertrecharse.
Cuando por fin accedieron al interior del domicilio, no quedaba ni rastro del sospechoso ni de la víctima. Tampoco del hijo, de 4 años, de la mujer. En ese momento, los ertzainas trabajaron con la hipótesis de que el hombre se lo hubiera llevado consigo.
Poco después, los agentes sí hallaron en el bloque a la presunta agredida, quien en un despiste había podido huir de la casa. Nerviosa y atemorizada. Pese a no presentar aparentes heridas físicas, apenas pudo balbucear un puñado de palabras legibles.
Presuntamente, su agresor se había esfumado antes de la llegada de la primera dotación policial. Los efectivos peinaron la zona. Coronación, El Pilar, Zaramaga... como posibles vías de fuga. El ahínco pronto dio frutos. Agentes de paisano localizaron al sospechoso en una calle aledaña. A apenas unos doscientos metros del lugar de los hechos. El niño también fue encontrado sano y salvo. La mujer pudo llevárselo con él. Luego, una amiga se hizo cargo del menor. Esta vecina se lo entregó a los ertzainas.
El hombre habría proferido amenazas de muerte contra la mujer y el pequeño. En su ausencia rompió parte del mobiliario de la casa.
Con la fuga de su pareja sentimental, parece ser que el sospechoso, de 20 años, optó por irse del bloque y esconderse, como a la espera de que la cosa se calmara y que los policías abandonaran el lugar. Fueron unos 'askatu' (como se denomina en la Ertzaintza a los policías de paisano) quienes le prendieron y le acercaron hasta una zona segura en el parque de Molinuevo para proceder a su arresto.
El hombre, de origen magrebí, se resistió. Hicieron falta tres efectivos para reducirle. «¡Cómo grita, si no le están haciendo nada!», reaccionó un testigo. Debido a la expectación, patrulleros también tuvieron que emplearse a fondo para mantener a una distancia prudencial a los curiosos.
Mientras, y de manera paralela, el niño fue puesto a buen recaudo y devuelto a su madre. Un coche patrulla trasladó al arrestado hasta la comisaría de portal de Foronda. Se le tomó una primera declaración y, tras pasar la noche en un calabozo, esta mañana de jueves fue puesto a disposición judicial. Tras aceptar su autoría, recuperó su libertad, pero con su expediente ya manchado por la violencia de género.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.