Dos atracadores se llevan 50.000 euros a punta de pistola de una sucursal en Salvatierra

Los ladrones, con los rostros cubiertos para evitar su identificación en la posterior revisión de las grabaciones de seguridad, sacaron, al menos, un arma de fuego. Se desconoce si la pistola era real o simulada. El caso es que advirtieron a los empleados de que no se trataba de ninguna broma, que venían a por «todo el dinero».

Aparte del efectivo en el mostrador, su objetivo era el contenido de la caja fuerte. Presuntamente amenazaron al personal con apretar el gatillo si no la abrían. Al parecer ni se inmutaron cuando les advirtieron del temporizador, sistema que retarda unos minutos la apertura, precisamente para ahuyentar a posibles ladrones.

Así que todos permanecieron en el local hasta que el mecanismo se accionó. De puertas para fuera, la oficina bancaria parecía cerrada como cualquier otro día de labor pasadas las 14.30 horas del miércoles.

Cuando los fajos de billetes se les pusieron a su alcance, los guardaron en una bolsa. Tardaron un santiamén y, a continuación, maniataron al personal de la sucursal bancaria. Enfilaron a la calle, no sin antes 'sugerirles' que ni se movieran ni gritaran en un tiempo prudencial, lo suficiente para que pudieran desaparecer sin dejar señal alguna de su fructífero paso por esta localidad de la Llanada Alavesa.

Cuando las víctimas pudieron soltarse y dar la voz de alarma, los atracadores probablemente se encontraban ya a una distancia considerable.Habían huido con uno de los botines más cuantiosos cosechados en la provincia por esta ilícita manera. «Se han llevado, al menos, 50.000 euros», deslizaron medios consultados. Ninguno de los trabajadores de Laboral Kutxa resultó herido.

La Ertzaintza se ha hecho cargo del caso. Aparte del análisis de la sucursal, en busca de huellas o ADN, los agentes también se afanaron en revisar las cámaras de seguridad de la zona. También se buscan testigos de la huida.

Un tercer compinche pudo haberles recogido en un coche en la cercana calle Fueros, que conecta con la A-1, tanto en sentido Vitoria como hacia Navarra. «Cualquiera que haya visto algo puede compartirlo en el 112», solicitan fuentes internas de la Ertzaintza.

Se trata del atraco a una sucursal bancaria más importante de los últimos años en la provincia. El precedente más semejante data de mayo de 2017. Entonces, un hombre con el rostro cubierto con una barba, gafas y una peluca se llevó 40.000 euros de la sucursal del BBVA en la calle Abendaño de Vitoria.

Gracias al ADN, la Ertzaintza pudo localizarle meses después. En octubre fue condenado a tres años y medio de prisión por el Juzgado de lo Penal número 1 de Vitoria.