Exposición en Vitoria

Artium repasa 30 años de carrera de Ibon Aranberri

'Entresaka' se podrá ver hasta el 29 de septiembre en la Sala A3. En ella tiene un peso central trabajos conocidos de Aranberri. Ahí está 'Política hidráulica', una serie de fotografías de embalses tomadas entre 2004 y 2010, en las que refleja como las grandes obras de ingeniería cambian el territorio. 'Luz sobre Lemoniz', 'Makina eskua da' (La mano es la máquina) o 'Gaur Egun (this is CNN')' son algunas de las creaciones destacadas. Como señala el museo, a través de diferentes trabajos se deja entrever su «preocupación por los procesos de formación del paisaje y su transformación por la intervención del ser humano».

En muchas de las lecturas de su obra aparece la ironía o una mirada a diferentes acontecimientos sociales que forman parte de la historia reciente del País Vasco. Son más de cuarenta obras que resultan complicadas de encasillar y asimilar en una sola visita. De alguna manera la muestra -comisariada por Beatriz Herráez y Manuel Borja-Villel, exdirector del Reina Sofía y actual asesor museístico del departamento de Cultura de la Generalitat- toma el relevo de la que se le dedicó hace unos meses a Aranberri en el Reina Sofía. Entonces se tituló 'Vista parcial'. «Son dos títulos diferentes para un mismo proyecto», señala Aranberri, que reconoce que esto ha supuesto una labor muy ardua.

Herráez remarca que esta propuesta es un «segundo capítulo» en el que buena parte de las obras se comparten, pero su disposición es diferente. En la presentación también participó Manuel Segade, actual director del Museo Reina Sofía, que destacó que es un «honor» colaborar con Artium. Segade relevó en el cargo a Borja-Villel el verano pasado por lo que la preparación de esta muestra era previa a su mandato. «Es una exposición que yo hubiera encargado también y Aranberri es uno de los artistas más influyentes en las últimas décadas». La buena sintonía entre Artium y Reina Sofía ya se comprobó con la colaboración en otro proyecto, 'Néstor Sanmiguel Diest. La peripecia del autómata'.

El grueso de la muestra de Aranberri se concentra en la sala A3, pero hay otras piezas de diferente formato (fotografías, esculturas, instalaciones, vídeos, diapositivas...) diseminadas por diferentes rincones del museo. En la sala A0, dedicada a la colección, se pueden ver dos obras que estrechan los lazos con obras de Néstor Basterretxea en el centenario de su nacimiento. Por un lado, 'Gaur Egun (this is CNN')' es una gran escultura que versiona la pieza que es el símbolo del Parlamento vasco, 'Izaro', creada por el reconocido escultor.

La otra obra de Aranberri es una proyección en la que se ven imágenes relacionadas con la central nuclear de Garoña y las grandes movilizaciones que hubo en contra. Este visionado se ha situado próximo a una gran maqueta que realizó Basterretxea, 'Proyecto de museo de las ciencias para la central nuclear de Lemoiz'. La reflexión sobre los cambios en la producción -pasando de una dominada por la industria armamentística a otra destinada fundamentalmente para la industria civil- planea en 'Makina eskua da'. En dicha instalación se disponen diferentes piezas fabriles sobre una mesa.

Esta apuesta del Reina Sofía y Artium Museoa se presentó junto a otra exposición de Patricia Dauder (Barcelona, 1973) llamada 'Unform'. El comisariado en este caso le corresponde a Catalina Lozano. Si el trabajo de Aranberri se mueve entre el paisaje, lo social y darle otro significado a los símbolos, la exposición 'Unform' reúne esculturas, dibujos, instalaciones y películas que exploran el interés de la artista por «rastrear momentos afectivos que a menudo dejan huellas casi imperceptibles».

En la obra de Dauder también hay un interés por el paisaje y sobre todo la conexión con la naturaleza. En concreto por los fenómenos naturales, que tienen una presencia destacada en piezas como 'Insulana' (2021), que parte de su interés y estudio de una erupción volcánica en las islas Azores a finales de los cincuenta. Otro ejemplo es 'March 5th 1979' (2011), en la que parte de un fenómeno luminoso que se pordujo en Islas Canarias a finales de los setenta para idear la pieza. El respeto al entorno natural se manifiesta a lo largo de su carrera en el empleo de materiales como grafito, papeles, grafito, cartones o telas. «El paso del tiempo es un aspecto clave en mi trabajo», resaltó Dauder en el museo vitoriano.

Los tonos ocres, el empleo de madera que no termina de pulirse refuerzan esta idea. «Las posibles interpretaciones están muy abiertas y me gusta dejarlo así de cara al espectador», apunta la artista catalana acerca de un trabajo con «muchas capas». «Me cuesta hablar de dibujo, escultura y película». Prefiere hacerlo de «transiciones entre objetos, imágenes y materiales», admite.