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El palacio Maturana-Verástegui dejará atrás por fin su etapa más oscura, en la que era más reconocible por ser uno de los edificios municipales más deteriorados, para afrontar un nuevo futuro reconvertido en museo. Las obras de la segunda fase de la casona de ... la calle Correría han comenzado con el objetivo de dejar el edificio listo para su esperadísima puesta en uso. Los trabajos, que se centran en la «consolidación y conservación» de la estructura, costarán casi 2,2 millones de euros y durarán año y medio.
Esto implica que para la primavera de 2026, el Ayuntamiento podrá empezar a diseñar el futuro museo que mostrará la historia de la ciudad. Pero no estará centrado en hitos como la Batalla de Vitoria o el nacimiento de la capital alavesa, sino, sobre todo, en su crecimiento, en la creación de los diferentes barrios y en la acogida que ofreció a trabajadores de toda España para consolidar su crecimiento económico e industrial. Así lo anunció la alcaldesa, Maider Etxebarria, durante la campaña electoral del pasado año.
Aunque los trabajos recién iniciados no están directamente relacionados con el diseño del propio museo, sí está previsto que sea la última gran intervención que se realiza en el palacio que data del siglo XIV. De hecho, por su alcance y partida presupuestaria, se trata de una obra de mucho mayor calado que la primera fase para su reforma, que costó algo más de 300.000 euros. Aquel primer trabajo permitió reabrir parte de la planta baja del palacio.
El Ayuntamiento confía en poner fin así al largo deterioro y abandono que arrastró durante décadas Maturana-Verástegui. El punto crítico llegó con el hundimiento de una parte de su cubierta en diciembre de 2020, lo que obligó al Consistorio a detener su destrucción y diseñar un plan para su reactivación.
La casona de la 'almendra', singular por su tamaño y por haber 'absorbido' diferentes edificios a lo largo de la historia, figuró en la lista roja de patrimonio de la asociación Hispania Nostra, donde llegó a coincidir con la Casa de los Alfaro, el palacio Álava-Esquível (propiedad de Tánger) y la gasolinera Goya. Después se sumaron el monumento a la Batalla y el palacio Escoriaza-Esquível. Sin embargo, Maturana-Verástegui ha logrado ser el primero de los citados inmuebles en abandonar esta condición tras la primera reforma, realizada la pasada legislatura.
En paralelo a la recién iniciada segunda fase, el Consistorio reparará la parte de la muralla medieval que se derrumbó meses atrás. Se trata de uno de los torreones localizado en el acceso desde el cantón de las Carnicerías, que desde marzo se encuentra cerrado a las visitas tras sufrir un desprendimiento. Esta intervención se adjudicó con un procedimiento «urgente» dado que existe el riesgo de «colapso», tal y como advirtió en su informe un arquitecto municipal.
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