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Borja Mallo
Miércoles, 19 de marzo 2025, 11:50
Una sentencia judicial declara nula la concesión de la licencia municipal que permitió la reforma del edificio de la avenida Santiago, popularmente conocido como de ' ... La Cortina', en los números 55-57-59. Una intervención que eliminó no sólo su aspecto exterior en tono rojizo sino también la escultura 'La construcción', del vitoriano Joaquín Lucarini, que carecía de protección alguna. Los arquitectos llevaron el caso a los tribunales y el Juzgado Número 1 de lo Contencioso Administrativo les ha dado la razón en lo que se refiere al permiso municipal.
Un tirón de orejas para el Ayuntamiento, al que el Colegio Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro (COAVN) reclama que «proteja la imagen de los edificios de la ciudad» en los procesos de rehabilitación para la instalación de sistemas de aislamiento térmicos por el exterior -objeto de la obra realizada en 'La Cortina'-. Argumenta que están suponiendo «la alteración de la composición de las fachadas sin regulación».
La sentencia reafirma la reclamación del COAVN de que en este tipo de intervenciones se requiere «un proyecto de arquitecto superior visado por el Colegio Oficial» para conceder la licencia. El fallo exige que ahora, con la obra ya terminada, se produzca «la legalización con la firma de un arquitecto superior». Ademas, reprocha al Ayuntamiento «la falta de vigilancia y previsión».
Y es que, más allá de defender que los profesionales del ramo se encarguen de la peritación de estas reformas, desde el COAVN se insiste al Ayuntamiento que «preserve la imagen de edificios relevantes de la ciudad para que no pierdan su identidad», como ha sucedido con esta reforma. «No se parece en nada al edificio original. Está completamente descontextualizado dentro de la imagen del barrio. La sentencia le pide al Ayuntamiento que sea más celoso en este tipo de obras», señaló su presidente, Pablo Ortiz de Zárate.
De la misma manera, al Consistorio se le sugiere que «realice un catálogo» en el que entren todos los edificios a proteger. «En Vitoria no están catalogados los edificios contemporáneos y este, al ser de 1967, no tenía ningún grado de protección. Era bonito y emblemático y ahora... Con la excusa de la eficiencia energética se le da una pátina de mediocridad a todo que nos preocupa y hay edificios que merecen un tratamiento más considerado y que exista coherencia con el entorno», remarcó Alberto García-Yela, vocal del Colegio.
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