Ariznabarra se despide de su olivo centenario: «Era un emblema del barrio»

A primera hora del jueves los vecinos que pasaban por la confluencia entre Rosalía de Castro y Portal de Castilla observaban cómo los técnicos municipales retiraban este querido ejemplar. El «malestar» entre los residentes era generalizado, según ha trasladado a este periódico el portavoz vecinal Justo Sánchez. «Era un símbolo del barrio. La asociación no estaba de acuerdo ni con su retirada de la rotonda ni con su cambio de ubicación. Había 1.000 sitios mejores. Estaba relegado a la insignificancia total», critica. De hecho, el ingeniero forestal Samuel González, responsable de la masa arborea de la ciudad, señaló a este periódico en septiembre de 2020 que el transplante del olivo debería haberse hecho «por fases. Los que se hacen en una sola requieren de grandes especialistas y si no lo hacen la supervivencia es limitada». Y apuntó otras deficiencias: «Cuando un árbol como ese se mantiene con riego artificial digamos que es como un niño un poco mimado. Se le da los recursos primarios que no necesita en demasía». Las labores de retirada del árbol y adecuación del terreno se han prolongado durante buena parte de la mañana. El Ayuntamiento plantará en un futuro, cuando sea la época propicia, un nuevo árbol en el lugar, aunque sin especificar si se tratará de «un olivo o un ejemplar de otra especie».

Las obras del Bus Eléctrico Inteligentre (BEI) obligaron a trasladar en enero de 2020 este imponente olivo de más de ochocientos años de antigüedad y cuatro metros de altura de la rotonda de Ariznabarra-Mendizorroza. Una grúa lo trasladó por los aires hasta el lugar de donde hoy ha sido retirado, el parterre en la confluencia de Rosalía de Castro y Portal del Castilla. Este gigante centenario y otro más fueron adoptados por Vitoria hace 16 años, después de que se quedaran huérfanos de tierra para sus raíces en algún lugar de La Rioja que fue roturado para viñedos. Sus restos se encuentran en el vivero de Lakua y a su madera no podrá dársele ningún uso concreto, especifican fuentes municipales. En cambio, el otro ejemplar en Jacinto Benavente no ha sufrido problema alguno tras ser trasplantado por el recorrido del BEI.

Los vecinos denuncian que la pérdida del olivo es un «nuevo daño colateral» del paso del BEI por Ariznabarra. «Solo hay que darse una vuelta por el barrio. El balance es negativo», resalta Sánchez. La polémica saltó en los últimos meses por la dificultad circulatoria en Castillo de Fontecha, arteria importante de la zona que ha pasado a un carril de doble sentido tras la modificación circulatoria para la llegada del bus eléctrico. De hecho, la rotonda en la que confluye esta vía con Etxezarra se ha convertido en un punto negro que ha registrado ya varios accidentes. El Ayuntamiento decidió activar semáforos en el nuevo cruce.

El Ayuntamiento trabaja en la instalación de un corredor verde a lo largo del trazado del bus eléctrico. Estará formado por 500 árboles que acompañarán al autobús a lo largo de su recorrido, además de otros 15.000 arbustos y plantas de flor previstos en el marco del proyecto. De esta manera, se pretende neutralizar el impacto de la obra en la masa vegetal de Vitoria, algo que ha sido muy criticada desde diferentes agentes sociales.