'Argizaiola', el álbum con el que Iñaki Palacios rinde culto a los ancestros

El fallecimiento de los padres de dos miembros de su grupo en una misma semana hizo que se sentara a componer la primera canción de su álbum -a la que llamó 'Bi Izar'- hace ahora dos años. El último tema del disco lo incluyó justo al final. Cuando ya el disco estaba preparado para «mandar a fábrica», cuenta. A esa composición le llamó 'Ama' y surgió de la necesidad de desahogarse tras otra muerte: la de su propia madre.

Entre ambos actos, el compositor Iñaki Palacios (Vitoria, 1988) vio que los encargos para actuar en funerales como txistulari se multiplicaban. «En uno de ellos encendieron una 'argizaiola' y en principió no le di mucha importancia», dice para referirse a esa tabla en la que se recoge una pequeña vela de cera. Una pieza singular de la religiosidad popular vasca que ahora da título ahora a su cuarto disco 'Argizaiola'.

Como explica el músico vitoriano, la elección del título está relacionada con el hecho de que empezó a ver ese símbolo de manera repetida: en una comida con un amigo en un caserío, en algunas obras de Néstor Basterretxea, artista al que le rindió homenaje con la canción 'Izaro'... Todo encajaba a la perfección con el concepto de un disco que «rinde culto» a los ancestros. «Teniendo como cuenta los sonidos tribales, homenajeamos y revivimos ritos de la antigüedad».

Palacios traza un símil entre la recuperación de ese ritual y su trabajo musical, que indaga en la tradición sin renunciar a arreglos pop o electrónicos. Actualmente tan solo se encienden 'argizaiolas' en la parroquia de Amezketa (Gipuzkoa) el día de Todos los Santos, por lo que el lanzamiento del álbum tiene especial sentido en estos días.

A pesar de concebirse como un homenaje a los seres queridos, el artista vitoriano sostiene que no se trata de un recopilatorio lúgubre. «Contiene esa esperanza que se simboliza con encender una velita y comunicarse con los que ya no están», cuenta acerca de un trabajo al que acompañarán en directo Xabier Martínez Otxagabia (violín), Javi Garay (guitarra), Eneko Espina (bajo), Iñaki Alarcia (batería), Errando López Luzuriaga (trikitixa) y Juan Sebastián Vázquez (piano), así como las compañías de danza DAB y Amezti Dantza Taldea. Este mismo sábado 1 de noviembre presenta el disco en el Museo San Telmo (19.30 horas) de San Sebastián. Casualmente su cumpleaños es el día antes. «Siempre he tenido que cargar con que coincida con el día de los muertos, el día de Todos los Santos», dice. Ya el 13 de diciembre, actuará en el Teatro Jesús Ibáñez de Matauco de Vitoria como parte del cartel del Festival Aitzina Folk.

- ¿Ha tenido algo de terapeútico y de superación del duelo este disco?

- Sí, como terapia. Me ha servido como refugio coger la guitarra, tocar, y componer. Esta última canción 'Ama' es una forma de decir que le seguimos pensando y recordando, pero es como se cierra el ciclo, sí, se cierra el duelo.

Con este lanzamiento, Palacios se confirma no solo como el txistulari con más compromisos, sino también como un compositor de altura. Al igual que en otros proyectos en los que se ha rodeado de bandas como la irlandesa The Gael's, en esta ocasión colaboran Kalakan ('Argizaiola'), con texto de Martxel Mariscal, en la apertura del álbum; Lide Hernando ('Bi izar') y Mikel Urdangarin ('Udazkena') en un emotivo canto otoñal con letra de la escritora Karmele Jaio y con los arreglos al piano de Juan Sebastián Vázquez.

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