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El túnel de San Adrián es una cueva natural ubicada a 1.000 metros de altitud que salva el cresterío en la frontera entre Álava y Gipuzkoa, lo que la ha convertido durante siglos en uno de los principales pasos de comunicación entre los dos ... territorios vascos e incluso entre Francia y España. Pero además, los historiadores están convencidos de que los neandertales ya se aprovecharon de su estratégica ubicación hace miles de años, en la Edad de Piedra. Y desde este verano están más cerca de encontrar sus huellas.
Los arqueólogos de Aranzadi Alfredo Moraza, Manu Ceberio y Jesús Tapia coordinaron en julio a una decena de estudiantes y voluntarios para llevar a cabo excavaciones en dos sectores diferentes: los aledaños de la ermita y los de la antigua fonda u ostatu. «En la zona más próxima a la vieja ermita (antiguo polvorín carlista) el equipo ha podido localizar evidencias claras de ocupación humana relacionada con el Paleolítico medio (periodo Musteriense), en concreto diversos fragmentos de fauna y una docena de utensilios de piedra», resume la sociedad científica en su web.
La mayor parte de esos huesos presentan signos de uso humano para su descarnado (fueron golpeados y rotos para extraer la médula). Además, las lascas y el raspador hallados fueron fabricados tanto en sílex (procedente de la cercana sierra de Urbasa y de Treviño) como en arenisca. «Son piezas elaboradas a través de técnicas muy específicas y especiales que nos ponen en relación directa con el grupo humano de los neandertales. Aparecieron al final de la campaña por lo que el próximo año el equipo seguirá su pista», avanza la publicación científica.
Los neandertales fueron una especie humana que ocupó Eurasia en un período de tiempo comprendido entre hace 240.000 y 40.000 años. Estudiosos de todo el mundo tratan de arrojar luz sobre las incógnitas de su desaparición. «Antes de extinguirse, durante la Edad de Hielo, los neandertales mantuvieron relaciones con nuestra especie en distintos lugares de Eurasia y en nuestro genoma subsisten algunas huellas genéticas en una pequeña proporción», detalla Aranzadi.
Tenían una inteligencia y unas aptitudes parecidas a las nuestras, agregan los arqueólogos. «Por ello, es imprescindible obtener el mayor número de datos y conocer sus comportamientos, técnicas, planificación de campamentos y estrategias para recorrer el territorio». Y un descubrimiento importante; en la cornisa cantábrica nunca antes se había encontrado cultura neandertal a una altitud como la del túnel San Adrián.
En la otra área de excavación, en la del antiguo ostatu o venta caminera (aquí comienza el Camino de Santiago alavés) la campaña ha sido también fructífera para los arqueólogos. Han certificado la presencia de un muro de grandes proporciones, unos 13 metros de largo y 1,20 metros de ancho, que en el momento de su registro se encontraba prácticamente reducido a sus cimientos.
«Podría haber sido una fortificación militar habilitada en un momento bastante temprano (en torno a los siglos XI-XII). Un castillo que pudo ser edificado por el Reino de Pamplona con objeto de garantizar el control de este estratégico sector a caballo entre los territorios actuales de Gipuzkoa, Álava y Navarra».
Los expertos manejan la hipótesis de que la fortificación fuese reconstruida a finales del siglo XIII, tras la conquista de la zona por el Reino de Castilla, y pasase a formar parte de la línea defensiva fronteriza frente al vecino Reino de Navarra. «Esta construcción será finalmente demolida en las primeras décadas del siglo XVIII, ya que se realizará del sistema viario para carros y carruajes y se construirá una gran venta caminera sobre los cimientos de esa antigua fortificación (actual muro de cierre)», concluyen los historiadores de Aranzadi.
Los trabajos arqueológicos efectuados en esta nueva campaña han permitido ofrecer nuevos e interesantes datos sobre dos períodos específicos de los que no existe mucha información. «Confirmando los destacados valores tanto naturales como culturales que presenta este singular entorno abierto entre los montes Aizkorri y Aratz, y que acoge bajo las paredes del túnel una buena parte de los períodos de presencia humana en nuestro territorio, desde la prehistoria hasta nuestros días», concluye el resumen sobre los primeros hallazgos.
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